Nicaragua: el modelo económico se agota

Nicaragua lleva ocho años (2018-2025) de crisis sociopolítica con un crecimiento económico sin desarrollo y sin que se vislumbre una salida política dado que el régimen tiene como única respuesta al descontento social la represión. El elemento disruptor de este momento es, sin duda, la instalación, por parte del régimen, la lógica represiva desde la cual configura toda su gestión y cuya brutal escenificación puede verse en los operativos militares, paramilitares y policiales desplegados a lo largo de estos años.

En los últimos ocho años, observamos que la economía tiene menos inversión privada productiva y se presenta un incremento en la fuga de capital humano. El capital humano sigue siendo precario, las escuelas y de las universidades no mejoran su calidad y el rendimiento académico, las universidades disminuyen su cobertura. Por otro lado, la ineficiencia gubernamental, el enriquecimiento inexplicable de la nueva clase orteguista producto del incremento de la corrupción y de la concepción del Estado como Botín. La corrupción se ejecuta mediante el manejo arbitrario y discrecional de los recursos del Estado (millones de dólares) sin ningún rendimiento de cuentas.

El modelo del “capitalismo de amiguetes” no asegura un ingreso suficiente para comprar una canasta básica ni permite tener un empleo formal. Tampoco asegura el acceso a los medicamentos ni a una educación de calidad. Utiliza a los más pobres, a los desposeídos, a los más lastimados por las inequidades y las injusticias sociales al convertirlos en paramilitares (policías voluntarios) para reprimir las protestas sociales. Tal manipulación no es fortuita porque es parte sustancial de la maquinaria de la dictadura que le garantiza la reproducción de las relaciones de poder existente. La lógica del régimen ha sido desmantelar a los de por sí insuficientes programas sociales y derrochar más millones de dólares en gastos militares, policiales y represivos.

El modelo de “capitalismo de amiguetes” actúa como un vampiro que solo vive chupando los excedentes del trabajo de los “de abajo”, desangra a las pequeñas y medianas empresas agropecuarias e industriales hasta dejarlas exangües y se enriquece cuando estos sectores se empobrecen.

Sin embargo, el modelo de “capitalismo de amiguetes” se encuentra en una fase de crecimiento estancado. La sucesión dinástica, a través de “el poder o la muerte” contraviene los intereses de la mayor parte de la burguesía tradicional ya que socava aún más el potencial de crecimiento con desarrollo.

A pesar de los niveles de concentración del capital sin precedente y las extraordinarias tasas de ganancias del capital financiero; la economía nicaragüense sigue siendo ficticia al depender, para su crecimiento, de los factores externos, debido a su característica especulativa y parasitaria los cual genera su propia fragilidad.

En el futuro inmediato, el potencial de crecimiento de la economía se verá afectado por un menor crecimiento de las remesas, la perdida de la mano de obra calificada y no calificada debido a la represión, una caída de las inversiones productivas, una reducción en la capacidad de endeudamiento y una mengua de los préstamos y donaciones.

Estas tasas de crecimiento nacional estancadas se deben a la disminución de las tasas de inversión en la economía productiva, ya que la tasa media de beneficio del capital ha alcanzado mínimos en los últimos años en beneficio de las ganancias extraordinarias del capital financiero.

Se estima que entre el 20% y el 30% de las empresas no obtienen beneficios suficientes para pagar sus deudas y tienen que seguir endeudándose para sobrevivir. Como consecuencia, los beneficios se invierten cada vez menos en innovación y tecnología y más en la especulación financiera.

Las tasas de crecimiento de la productividad laboral, las inversiones productivas y los ingresos reales de la economía se redujeron y el país se ha quedado atrás en los últimos avances tecnológicos en comparación de los otros países centroamericanos.

Mientras tanto, de acuerdo al Presupuesto General de República 2026, el gasto público está aumentando rápidamente en el gasto militar, policial y paramilitar, cuya proporción del PIB es probable que aumente. Esto se hace a expensas de las inversiones productivas, los servicios públicos y las prestaciones sociales.

No es de extrañar, pues, que las fuerzas más reaccionarias, con su programa represivo, y «radicalmente pro dinastía», estén ganando terreno al interior del orteguismo. En este contexto, y ante la falta de cualquier rumbo político corrector, el relativo declive del régimen no puede sino acelerarse. Nada dura para siempre y el régimen se encuentra ahora en una fase de declive irreversible.

El relativo declive del régimen y su subordinación a los intereses de Rosario Murillo no pueden entenderse desligados de los cambios más amplios en el equilibrio de poder regional. La administración Trump ha alterado las condiciones de fondo por las que Estados Unidos ejerce su papel de potencia hegemónica en Centroamérica y el Gran Caribe. ¿Conducirá esto hacia un orden de convivencia estable o nos estamos moviendo más bien hacia una fase de cambio de régimen?

El régimen, por la implosión sociopolítica, el factor Trump y el estancamiento económico, ha comenzado a resquebrajarse. Es entonces, cuando la sociedad percibe que el poder comienza a crujir, a perder el control de todos los hilos del poder, carcomido por las múltiples formas de corrupción y las purgas interna en los diferentes anillos de poder; es cuando el miedo se apodera en la cúpula de la dictadura y la fuerza del cambio crece.

El declive de la dictadura Ortega-Murillo plantea la cuestión de la alternativa progresistas. La «izquierda» progresista o socialdemócrata. El sector progresista parte de la premisa de que su tarea consiste en configurar el capitalismo para que sea más justo para la mayoría, sin tocar de forma esencial los intereses del capital, ya que, al fin y al cabo, según ellos, eso sería matar a la gallina de los huevos de oro. Sin embargo, el progresismo ha perdido influencia porque la gallina capitalista hace tiempo que pone muy pocos huevos y estos benefician cada vez más solo a la minoría hegemónica.

A continuación, vamos a señalar los puntos fuertes y debilidades del modelo del “capitalismo de amiguetes” que nos permite ver las posibilidades que tienen los sectores progresistas para organizar el descontento sociopolítico inorgánico alrededor de los principales problemas del desarrollo económico y social del país.

Entre el 2018 y el 2024, el modelo del “capitalismo de amiguetes” se ha sustentado en cinco pilares fundamentales que han generado las divisas del país: remesas, inversiones extranjeras directas, cooperación externa, exportaciones y endeudamiento externo. En ese período, las divisas acumuladas provenientes de los cinco pilares alcanzaron el monto de US$62,346.3 millones de dólares. De ese total el 61.97% de las divisas llegaron a factores externos.

Divisas Acumuladas 2018-2024


Millones de dólaresPorcentaje
Remesas20,279.932.53
IED Bruta11,846.119.00
Cooperación Externa6,510.010.44
Exportaciones23,710.338.03
Total de divisas recibidas62,346.3100.0

Fuente: Banco Central de Nicaragua, Informe anual e Informe de la Cooperación Oficial Externa de diferentes años. El dato de la cooperación externa comprende hasta el 2023, ya que la información del 2024 todavía no está disponible.

Producto Interno Bruto (PIB): Según el “Informe anual 2024” del Banco Central de Nicaragua (BCN), la economía creció 3.6% en el 2024. El acumulado del PIB creció entre el 2018-2024 fue de 14.0%, lo que significa un crecimiento promedio anual de 2.0%, mientras que las ganancias de los bancos en el mismo período crecieron un 79.2%, equivale a un promedio anual de 11.3%. Es decir, las utilidades de los bancos fueron 5.6 veces superior al crecimiento del PIB, lo que explicaría el proceso de concentración de la riqueza en los últimos años.

El dinamismo económico de los últimos años reside, principalmente, en el impacto de las remesas, el endeudamiento externo, el lavado del dinero del narcotráfico, las inversiones extranjeras, la cooperación externa y las exportaciones de los productos tradicionales.

La inversión pública se duplicó entre el 2018 al 2024 al pasar del 5% del PIB al 9%, gracias al endeudamiento externo. En siete años el endeudamiento creció en US2,675.6 millones de dólares, Es decir, la inversión pública se dinamizó por la vía del endeudamiento externo. Al mismo tiempo, se ha producido un incremento de la brecha de la balanza comercial pasando del 7% del PIB en el 2018 al 17% en el 2024.

La economía nicaragüense pierde fuerza en el 2025: las actividades se desaceleran. Por ejemplo, las principales actividades económicas crecieron en el primer bimestre de 2025 en un 2.2%, por debajo del 6.6% en igual período del 2024. De las 16 actividades económicas, 5 estaban en recesión, entre ellas la generación eléctrica que se contrajo en un 6.7%. Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional prevé un crecimiento de solamente de 1.6% en el 2025.

Remesas: Las remesas pasaron de US$1,501 millones de dólares (7.9% del PIB) a US$5,243 millones de dólares en el 2024 (26.62% del PIB). Se calcula que un millón de hogares, aproximadamente unos 5 millones de personas de un total de 6.8 millones de habitantes, reciben remesas y lograron evitar caer en la pobreza extrema. Es decir, las remesas son importantes de los ingresos de 7 de cada 10 nicaragüenses.

Las remesas, además de actuar como atenuador del déficit en la cuenta corriente de la Balanza de Pagos, permite que hogares vulnerables puedan satisfacer las necesidades básicas como alimentación, salud, educación, transporte, etcétera. Es decir, las remesas se han constituido en un factor de suma importancia para mitigar la pobreza en Nicaragua.

El dinero de las remesas se inyectó y estimuló a la economía nicaragüense por la vía del consumo interno y por ende mejora la recaudación de impuestos, mantener controlado el avance de la pobreza y apoyar a unas 5.0 millones de personas que son beneficiarios de los aportes de los emigrantes.

Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá representa en su conjunto del 97.2% del total de las remesas recibidas en el 2024. Los principales departamentos que captaron el 59.3% son, en orden de importancia, Managua, Matagalpa, Chinandega, León y Nueva Segovia.

La economía nicaragüense no ha crecido en virtud del incremento de la productividad de los factores de producción endógenos. Sin las remesas no habría tanta capacidad de compra, empeoraría las brechas de las desigualdades sociales y muchas personas más vivirían en situación de vulnerabilidad socioeconómica. Sin las remesas habría una mayor desaceleración de la economía.

Deuda Externa y Servicio de la Deuda: En los años 2018-2024, el endeudamiento público externo asumió un ritmo alocado. En el 2018, el monto de la deuda pública total fue de US$12,680 millones de dólares, a finales de 2024 era de US$15,556.2 millones de dólares, lo que significó un incremento del 22.68%. En el 2024, la deuda externa representaba el 78.98% del PIB cuando lo recomendable es que se sitúe por debajo del 60%. El saldo de la deuda externa total al segundo trimestre del 2025 alcanzó US$15,886.7 millones de dólares.

El pago de intereses de la deuda pública total pasó de US$248.5 millones de dólares en el 2018 a US$723.0 millones de dólares en el 2024, lo que significa un incremento del 190.94%; lo que se tradujo en una hemorragia de recursos que torna inviable el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. Estos pagos incluyen el capital principal, los intereses y comisiones asociadas a los préstamos. El servicio de la deuda tuvo, entre el 2018-2024, un crecimiento promedio anual del 27.27% equivalente más 8 veces superior al crecimiento promedio anual del PIB de 3.16% en el mismo período.

Lavado de dinero: La entidad “Global Financial Integrity” publicó un estudio en el 2021 titulado: “Financial Crime in Latin America and Carribbean. Understanding Country and Designing Technical Reponse”, en el señala que el promedio de lavado de dinero de los flujos financieros ilícitos en Nicaragua rodaba anualmente alrededor del 5% del PIB de Nicaragua. Ese porcentaje significó en el 2021 que el monto blanqueado alcanzó la cifra de US$707.3 millones de dólares.

De acuerdo con el informe del “Basel Institute on Governance» titulado: Basel AML Index 2023: 12 th Public Edition. Ranking money landering and terrorist financing risks around de world, indica que Nicaragua es el país centroamericano en el que se lava más dinero. El “Basel Institute on Governance” que en Nicaragua se lavó un monto equivalente al 6.42% del PIB, lo que significó que en el 2023 alcanzó la cifra de US$1,144.6 millones de dólares.

De acuerdo con el “Informe de estrategia de control internacional de narcóticos 2025”, publicado en marzo de 2025 por el Departamento de Estado de Estados Unidos, Nicaragua se ha convertido en un “punto tránsito crítico” para el tráfico internacional debido a la corrupción generalizada, la falta de cooperación con las agencias extranjeras y el control político ejercido sobre las instituciones de seguridad. En conclusión: el lavado de dinero ha servido para incrementar la acumulación de capital para los nuevos millonarios.

Inversión Extranjera Directa (IED): De acuerdo al Banco Central de Nicaragua (BCN), en el 2018 los ingresos brutos de IED alcanzaron el monto de US$1,888 millones de dólares equivalente a 9.1% del PIB, mientras que los flujos netos fueron de US$873 millones de dólares equivalente a 2.9%.

En el año 2024, los ingresos brutos de IED totalizaron US$3,039.9 millones de dólares equivalente al 15.4% del PIB. En tanto que, los flujos netos de IED fueron de US$1,352.3 millones de dólares, representando el 6.9% del PIB. Entre el 2018 al 2024 los ingresos brutos de IED crecieron en 155.9% mientras que los ingresos netos se incrementaron en un 54.9%

En el 2024, la actividad económica con mayor captación de flujos netos de IED fue la industria con US$419.1 millones de dólares (31.0% del total). Por su parte, la actividad de intermediación financiera percibió US$282.6 millones de dólares (20.9%); en energía y minas se captó US$260.8 millones de dólares (19.3%) y en las actividades de comercio y servicios registró flujos netos de IED de US$199.8 millones de dólares (14.8%), entre otros.

De acuerdo con el BCN, durante el año 2024 se observó un desplazamiento en los flujos de IED. Por ejemplo, los flujos tradicionales de Estados Unidos, España, Costa Rica y México sumaron la cantidad de US$527.7 millones de dólares; mientras las inversiones de nuevos inversionistas procedentes de Panamá, Barbados y Curazao ascendieron a US$497.0 millones de dólares. Estos países son conocidos como paraísos fiscales por facilitar la creación rápida de empresas de maletín, lo que permite el movimiento y encubrimiento de capitales de la nueva clase orteguista.

En 2024, el flujo neto de IED que ingresó a la Región integrada por Centroamérica, Panamá y República Dominicana totalizó US$16,138.8 millones de dólares, teniendo como principales países receptores a República Dominicana (28.0%), Costa Rica (27.9%), Panamá (18.0%), Guatemala (10.2%) y Nicaragua (8.4%).

Cooperación Externa: En 2023, el flujo de la cooperación oficial externa fue de US$813.7 millones de dólares equivalente al 4.6% del PIB (US$967.6 millones en 2022 equivalente al 6.2% del PIB). La principal forma en que se canalizó la cooperación oficial fue vía desembolsos de préstamos (US$734.2 millones), al representar el 90.2% del total, mientras que por la modalidad de donaciones se recibió el 9.8% (US$79.5 millones de dólares).

Entre el 2018 al 2023 (no hay cifras oficiales del 2024) alcanzó el monto de US$6,510.2 millones de dólares, de los cuales US$5,789.6 millones de dólares fue vía préstamos equivalente al 88.93% del total y US$720.5 millones de dólares por la modalidad de donaciones equivalente al 11.07%. del total.

Estas cifras indican que la cooperación oficial externa continúa siendo un factor importante para la economía nicaragüense, lo que contribuye al fomento de la producción y la ejecución de las inversiones del sector público. Los recursos de la cooperación han sido utilizados en la ampliación de la infraestructura (electrificación, transporte y construcción de carreteras); en el área social (salud, educación, seguridad alimentaria) y en el fomento de la producción agropecuaria y el desarrollo rural. Ya no existe la cooperación venezolana como existió entre el 2007 al 2016.

Exportaciones e Importaciones de productos tradicionales: De acuerdo al Banco Central de Nicaragua (BCN), las exportaciones FOB alcanzaron en el 2018 la cantidad de US$2,545.8 millones de dólares y en el 2024 sumaron US$4,192.9 millones de dólares (representando al 21.28% del PIB).

Por su lado, las importaciones FOB pasaron de US$4,829.4 millones en el 2018 a US$8,452.4 millones de dólares en el 2024 (equivalente al 42.91% del PIB).

Es decir, el déficit comercial de mercancías en 2018 fue US$2,283.6 millones de dólares incrementándose a US$4,260.1 millones de dólares en el 2024.

Por otro lado, el déficit comercial acumulado entre en el 2018 y 2024 ascendió a la cifra de US$19,372.1 millones de dólares (equivalente al PIB total de 2024), situación no es sostenible en el largo plazo.

Las principales exportaciones se concentraron en cinco productos que acumulan más del 70% del total: oro, carne, café, lácteos y azúcar. En cuanto a los principales mercados de destino de las exportaciones, cinco países captaron el 71.4% del valor exportado en 2024: Estados Unidos (38.7%), Canadá (12.7%), El Salvador (10.8%), México (4.6%) y Costa Rica (4.6%).

Concentración de la Riqueza: El “Informe mundial de la ultrarriqueza 2012-2013”, elaborado por la compañía Wealth X de Singapur, con el patrocinio de la sociedad financiera suiza UBS, reveló que en el 2013 Nicaragua contaba con 200 multimillonarios y/o millonarios, cuyas fortunas sumaban US$27,000 millones de dólares en un país con un PIB de US$11,255.6 millones de dólares en el 2013.

El significado de esta cifra va más allá de los números señalados, pues la existencia de los superricos quiere decir que hay un modelo económico, el “capitalismo de amiguetes”, que favorece la concentración de la riqueza. Por ejemplo, de acuerdo con la investigación de Expediente Abierto titulada “Con la plata baile el mono. Multinacionales, inversionistas y empresarios en el régimen Ortega-Murillo”, señala que el 1% más rico controlaba el 20.8% de los ingresos del país y el 10% más ricos el 37.2%, mientras que el 40% más pobre recibía el 14.3% de ingreso nacional. Es decir, el 1% obtenía más ingresos que el 40% más pobre.

Otra forma de enriquecimiento del gran capital es la exoneración a los diferentes sectores del capital, Nicaragua deja de receptar dinero que se debía de recibir, pero el régimen renuncia a recaudarlo por su alianza con los poderes fácticos financieros y empresariales; en las cuentas nacionales esto constituye un gasto real, llamado “gasto tributario”.

El “gasto tributario” comprende todo tipo de tratamiento preferencial y diferenciado (exoneraciones, exenciones, créditos y deducciones) que impacta negativamente en los montos de ingresos que el Estado deja de percibir por los favores otorgados a los poderes fácticos económicos (comercial, pecuario, bancario, etcétera).

De acuerdo al documento de Gobierno titulado “Marco Presupuestario de Mediano Plazo 2023-2026” nos indica que las exoneraciones fiscales representaron en el 2022 un monto de US$755.9 millones de dólares equivalente al 4.9% del PIB; mientras que la inversión en salud fue de US$660.5 millones de dólares (4.2% del PIB) y la inversión en educación alcanzó los US$594.7 millones de dólares (3.8% del PIB). Es decir, los beneficios recibidos por el gran capital fueron superiores a la inversión estatal en salud y educación respectivamente.

Capital financiero: De acuerdo con la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (SIBOIF), entre el 2018-2024, los ocho bancos que operan en Nicaragua han incrementado sus ganancias desde los US$120.9 millones de dólares en el 2018 hasta alcanzar US$216.7 millones de dólares en el 2024. 

Entre el 2018 y el 2024, las utilidades de los “barones del dinero” se incrementaron en un 79.23%, lo que significa una ganancia promedio anual del 11.3%. Es decir, las utilidades de los bancos fue 5.6 veces superior al crecimiento promedio anual del PIB que fue de 2.0% en el mismo período.

Las altas tasas de utilidades de bancos tienen como consecuencia una reducción de las ganancias de la mayoría de los empresarios ya sean micro, pequeños, medianos o grandes. El capital financiero se apropia de parte de los excedentes económicos de los otros sectores económicos en forma de intereses, dividendos, seguros y los seguros empresariales. Es decir, son ganancias extraordinarias por encima de la productividad media nacional.

Según los reportes de la Superintendencia de Bancos y Otra Instituciones Financieras (SIBOIF), en el 2024, los bancos del sistema le pagaron al fisco US$92.91 millones de dólares en concepto de impuesto sobre la renta (IR), es decir, por ganancias declaradas. El pago de 2024 superó en un 40% superior al monto pagado en 2017 (US$66.16 millones de dólares).

Concentración de la tierra: Entre el 2007 y el 2024 ha continuado el proceso de concentración de la propiedad de la tierra en el campo iniciado en los años noventa del siglo XX. De acuerdo al último Censo Nacional Agropecuario (2011), la tierra dedicada a las actividades agropecuarias son 8,588.466 manzanas  y hay 262,546 propietarios. También indica que 122,367 productores cuyas propiedades tienen una extensión menor de 5 manzanas representan el 46.6% del total de propietarios, pero poseen solamente el 2.6% de las tierras agropecuarias cultivables. Por otro lado, registra que 7,023 productores que poseen 200 manzanas o más, representan el 2.67% del total de propietarios, pero poseen el 38.5% de la tierra.

De acuerdo con el estudio “Concentración de la tierra y seguridad alimentaria”, señala que en las últimas décadas la tenencia de la tierra continúa un proceso de concentración de la tierra en manos de empresas extranjeras y de la “nueva clase” orteguista. La tierra está siendo adquirida para desarrollar la producción de agro combustibles, ganadería, producción forestal y turismo de playa, desplazando la producción de granos básicos para el consumo interno, poniendo en riesgo la sostenibilidad ambiental e incrementando la inseguridad alimentaria. Es decir, el modelo económico del “capitalismo amiguetes” sigue favoreciendo la concentración de la riqueza en beneficio de los más ricos de la población.

La fragilidad del modelo: Mientras el modelo del “capitalismo de amiguetes” ha permitido la concentración de la riqueza que hemos descrito, entre el 2018 al 2024, al mismo tiempo, se incrementado las desigualdades sociales, aumentado los déficits en salud, educación, vivienda, pobreza, desempleo e inseguridad alimentaria; lo que nos indica que modelo de acumulación vigente se ha agotado por ser incapaz de resolver, mínimamente, las demandas básicas de la población. La pobreza, el desempleo y el hambre son utilizados como un arma más de la represión gubernamental.

Salud: El acceso a los servicios de salud es un componente central de los derechos económicos y sociales de la población. De acuerdo al Banco Central de Nicaragua (BCN) la inversión en salud en el 2018 fue de US$453.3 millones de dólares equivalente al 3.5% del PIB; mientras que el 2024 la inversión alcanzó el monto de US$638.3 millones de dólares equivalente al 3.2% del PIB. Es decir, la inversión anual en salud se encuentra por debajo del 8.0% PIB aconsejado por la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud.

Por otro lado, el BCN no indica que la inversión en salud por habitante en el 2024 alcanzó el monto de US$92.8 dólares por año; o sea, US$7.73 dólares cada mes equivalente a US$0.26 centavos de dólar al día. El insuficiente gasto en salud por parte del Estado es financiado por las propias familias.

La necesidad de incurrir al gasto privado para acceder a los servicios de salud y a los medicamentos es una fuente importante de inequidad. El gasto privado en salud tiene un efecto importante en el empobrecimiento de los hogares de los sectores populares o de la clase media, sobretodo en un país donde el 80% sobrevive en la informalidad y tienen ingresos de dos dólares diarios.

Educación: Según los datos oficiales la escolaridad promedio de la población nicaragüense es de 6.9 años; sin embargo, en el sector rural desciende a 3.6 años. La CEPAL indica que se requiere un mínimo de 12 años de escolaridad para tener la posibilidad de obtener ingresos que permitan superar la pobreza.

La inversión pública en educación en 2018 fue de US$581.9 millones de dólares equivalente al 3.1% en relación al PIB; en el 2024, la inversión alcanzó los US$685.0 millones de dólares equivalente al 3.5% del PIB. La asignación del 7.0% que propone la UNESCO es la única manera de poder brindar una enseñanza de calidad.

En los últimos años, de acuerdo a la UNESCO, se ha producido una caída en los niveles de calidad en la educación lo cual tiene secuela directa en la productividad y la competitividad del país. En los últimos diez años, los niveles de educación y salud de la población han disminuido en comparación con el promedio de los países centroamericanos.

Salarios y empleo: El salario promedio nominal de los afiliados al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) o sea trabajadores formales pasó de C$10,857.3 córdobas en el 2018 (equivalente a US$393,4 dólares) a C$15,068.8 córdobas en el 2024 (equivalente a US$411.7 dólares), mientras que el costo de una canasta básica era de US$553.5 dólares.

En el 2024, de las 802,372 personas cotizante al INSS, solamente 155,154 afiliados tenían un salario superior al costo de una canasta básica. Es decir, 647,218 trabajadores formales afiliados al INSS viven en pobreza laboral ya que su salario no les permite comprar una canasta básica.

Según la Encuesta de Empleo Mensual del Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), la tasa de desempleo abierto permaneció baja en 2024, ubicándose en un promedio de 3.1%. Además, señala que el subempleo se situó en 38.7%, mientras que el 12% de la población económicamente activa (PEA) no percibían ningún salario. Es decir, de acuerdo a la encuesta, el 53.8% de la PEA no recibe un ingreso superior al costo de una canasta básica y la mitad de los pensionados reciben un monto inferior al salario mínimo promedio. Lo anterior hace patente la pobreza y los problemas del país que son muchos y graves.

Por otro lado, los resultados de otra encuesta realizada por el Ministerio del Trabajo (MITRAB) aplicadas a las 653 empresas con más de 10 trabajadores y adscritas al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), arrojó que el salario promedio fue C$13,051 córdobas hasta abril de 2024 (equivalente a US$356.6 dólares), lo que significa que la mitad de esos trabajadores no pueden comprar una canasta básica (US$553.5 dólares).

El Banco Central de Nicaragua (BCN) detalla que en el 2018 laboraban bajo el régimen de zona franca 194 empresas que en promedio emplearon a 122,010 trabajadores. En el primer trimestre de 2025, el BCN reportó 171 empresas (23 empresas menos) empleando a un promedio de 120,986 personas (1,024 trabajadoras menos).

Por otro lado, al cierre de 2017, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tenía inscrito a 35,055 empresas que daban empleo a 913,797 asegurados. Pero, al primer trimestre de 2025, reportó un promedio de 817,898 asegurados (95,899 asegurados menos). El dato más reciente del INSS de 2022 señala que había inscritas 31,786 empresas (3,269 empresas menos).

Canasta Básica e Inseguridad alimentaria: En el 2018, el índice de precios de la canasta básica de 53 productos era de US$491.5 dólares y el salario promedio nominal de un trabajador afiliado al Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) era de US$393,4 dólares). Es decir, un trabajador formal podía comprar solamente el 0.80% de una canasta básica.

De acuerdo al Instituto Nacional de Información de Desarrollo (INIDE), el costo mensual de la canasta básica de 53 productos en el 2024 era de US$553.5 dólares; mientras que el salario promedio nominal de un trabajador afiliado al INSS era de US$411.7 dólares mensuales. Es decir, podía adquirir el 74.37% de una canasta básica.

Sabiendo que la gran mayoría de los pensionados reciben un monto de US$170.8 dólares mensuales que le permite comprar solamente un 30.8% de una canasta básica; lo que nos permite incidir que se está gestando un descontento silencioso, subterráneo y profundo en la sociedad nicaragüense, poco perceptible.

Vivienda: Según el Plan Nacional de Desarrollo Humano y el Programa Económico Financiero 2023-2026 del Gobierno, el país enfrenta un déficit habitacional de 956,981 viviendas adecuadas y cada año este déficit aumenta en 20,000 viviendas por la conformación de nuevas familias y la caducidad de las viviendas existentes.

Tomando en cuenta las cuatro variables principales (demanda anual de viviendas, déficit habitacional, crecimiento vegetativo de la población total y el ritmo anual de construcción de viviendas), se puede calcular que en el 2025 el déficit habitacional puede ser superior a 1 millón de viviendas adecuadas en el 2025. Eso significa que más de 5 millones de nicaragüenses no tienen viviendas adecuadas de una población total de 6.8 millones de personas. Es decir, el 73.5%, de los nicaragüenses no tienen viviendas adecuadas, equivalente a siete de cada diez.

Conclusión: Está pasando algo que parece ser el final de una época. La dictadura Ortega-Murillo no tiene respuestas para los problemas básicos que padece la sociedad nicaragüense, igualmente observamos un proceso de fragilización de la dictadura desde el 2018, lo que anuncia un cambio, un posible cambio político.

La política de la represión proseguirá sin dar respuestas a las demandas más sentidas de la población. El miedo y la represión se utilizan para mantener el “statu quo”. Sin embargo, la sociedad está cambiando y el modelo económico del “capitalismo de amiguetes” comienza a dar signos de agotamiento. Al mismo tiempo, se conformó una burocracia que no ha sido capaz de lidiar con los problemas de tener que atender todas las necesidades sociales, como su incapacidad de introducir las reformas necesarias.

Ningún gobierno logra preservar su hegemonía después de adentrarse en la recta de los saldos rojos de los principales factores económicos y sociales. Igualmente, cuando se produce el dominio de una élite rentista, no productiva, al conjunto de la economía acompañado con una caída en la productividad y cuando se sustenta principalmente en las fuerzas represivas.

Mientras todo eso ocurre la agricultura y la industria decaen, la población se pauperiza y el capital productivo tiene miedo en el futuro. El miedo se refleja, también, en el temor del mercado y en la incertidumbre que es un cáncer para los capitales. El delirio represivo solo puede conducir al desastre del régimen por el desarrollo del proceso de implosión sociopolítica.

Mientras el modelo económico del “capitalismo de amiguetes” se agota, los principales actores políticos, empresariales, financieros y eclesiásticos que sujetan las cuerdas con las que mantienen en alto al paquidermo quieren soltarlas, pero a la vez temen que al caer las aplaste y se produzca un cambio de régimen no controlado por ellos.

Una propuesta basada en la realidad cotidiana te lleva a conectarte con la racionalidad de la gente. El reto de los sectores progresistas es conseguir que la idea de la implosión sociopolítica, para socavar al régimen, sea asumida por la mayoría de la gente. Muchas personas tienen ideas dispersas de lo que están viviendo cotidianamente sin lograr visualizar que existe un denominador común con otras miembros de su comunidad, barrio o comarca que puede ser transformado en un instrumento de cambio. El trabajo político es ayudarles a sistematizar la información que ellos perciben de manera individual para convertirlo en acciones que permitan acelerar el proceso de implosión sociopolítica del régimen.

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