No se puede ganar una batalla política sin estrategia
La batalla política requiere estrategia, organización, educación y conducción táctica y estratégica para derrotar a la dictadura Ortega-Murillo. Solo así se logrará la caída del régimen.
La batalla política requiere estrategia, organización, educación y conducción táctica y estratégica para derrotar a la dictadura Ortega-Murillo. Solo así se logrará la caída del régimen.
La dictadura Ortega-Murillo persiste a través de la represión y la corrupción, mientras enfrenta un proceso de implosión social y política.
El análisis político revela cómo el autoritarismo en Nicaragua persiste debido a la corrupción, la represión y la complicidad de las elites políticas y económicas.
La implosión de la dictadura es un proceso similar a la acción de las termitas, debilitando desde dentro hasta provocar su derrumbe.
La estrategia política debe debilitar al adversario y fortalecer el movimiento popular, creando un contrapoder para alcanzar la democracia y cambiar la correlación de fuerzas.
El «capitalismo de amiguetes» en Nicaragua, promovido por Ortega-Murillo, combina corrupción, represión y dependencia económica para mantener el poder y controlar los recursos del país.
La estrategia del gradualismo político híbrido implica usar diversas tácticas de poder, desde la represión hasta la manipulación, para mantener el control y la hegemonía.
La implosión del régimen se desarrolla gradualmente, alimentada por la represión y la falta de libertades. La estrategia debe centrarse en debilitar los pilares de la dictadura, aprovechando sus errores y fomentando las «termitas» que socavan su base.
La dictadura Ortega-Murillo utiliza falsedades para permanecer en el poder, mostrando su debilidad y descomposición interna.
La dictadura Ortega-Murillo se sostiene con represión y corrupción. La estrategia es fragilizar sus pilares para facilitar su caída.