La historia no camina para atrás, la guerra desatada por Ortega
La represión de Ortega busca aniquilar la disidencia y consolidar una sucesión dinástica, utilizando el miedo y la violencia para mantenerse en el poder.
La represión de Ortega busca aniquilar la disidencia y consolidar una sucesión dinástica, utilizando el miedo y la violencia para mantenerse en el poder.
El régimen Ortega-Murillo ha fomentado la corrupción y el enriquecimiento ilícito, creando una alianza con el gran capital y reprimiendo a la población para mantener el poder.
La estrategia del gradualismo político híbrido implica usar diversas tácticas de poder, desde la represión hasta la manipulación, para mantener el control y la hegemonía.
La implosión del régimen se desarrolla gradualmente, alimentada por la represión y la falta de libertades. La estrategia debe centrarse en debilitar los pilares de la dictadura, aprovechando sus errores y fomentando las «termitas» que socavan su base.
La dictadura Ortega-Murillo utiliza falsedades para permanecer en el poder, mostrando su debilidad y descomposición interna.
La represión del régimen busca infundir terror, mientras la implosión avanza. Ortega no distingue entre realidad y mentiras, creando un peligroso caldo de cultivo.
La dictadura Ortega-Murillo se sostiene con represión y corrupción. La estrategia es fragilizar sus pilares para facilitar su caída.
La unificación de la oposición es clave para enfrentar la dictadura Ortega-Murillo, promoviendo un programa mínimo que articule las demandas de la mayoría.
Un «cisne negro» es un evento improbable pero impactante. Abril de 2018 fue tal evento en Nicaragua, mostrando la necesidad de cambiar la cultura política y poner en primer plano los derechos humanos.
El régimen Ortega-Murillo enfrenta un declive inevitable debido a múltiples contradicciones internas y presiones externas. La caída será rápida y desgarradora, marcada por violencia y represión.