Al pensar en la sociedad nicaragüense me viene a la mente las diferencias que la constituyen: el abismo entre ricos y pobres; el incremento de las desigualdades; sus muros raciales; los submundos de la corrupción flagrante; la ausencia de democracia; las heridas de su historia; la oposición desleal/zancuda que sirve a los intereses del régimen; las campañas de odio, difamación y calumnias de los medios oficiales; prácticas mafiosas de una minoría rapaz; el laberinto de la violencia dictatorial; la indefensión de los trabajadores; la caída de los salarios reales; la compra de militares, jueces, periodistas por parte de la dictadura; la existencia de las fuerzas de choque y paramilitares; la mayoría de los que sostienen a Ortega-Murillo son “tontos útiles”, aunque hay quienes son también aspirantes a matones.
La represión generalizada ha generado más desigualdades e injusticias, los grupos que históricamente han estado en situación de vulnerabilidad han sido los más impactados por las dinámicas derivadas de esas circunstancias. Los síntomas de la violencia represiva se han reflejado en las comunidades indígenas de la Costa Caribe, cuyos efectos negativos han sido el rompimiento del tejido social, la ocupación de sus tierras comunales por los colones (protegidos por el régimen), las concesiones mineras con intereses ajenos a los pueblos indígenas y las luchas por conservar el medio ambiente en sus territorios.
Entonces surge una interrogante: si la sociedad actual aparece como un cúmulo de diferencias y antípodas, ¿qué es lo que lo ha impedido un nuevo estallido social? Lo que la dictadura ha logrado, a través del miedo y el terror represivo, es desarticular el tejido social, controlar a los poderes fácticos internos (por ejemplo, la iglesia católica) y amortiguar la influencia de los poderes fácticos externos; sin embargo, no ha logrado evitar que un proceso de implosión se desarrolle al interior de sus entrañas que van socavando sus pilares de sustentación.
Capitalismo de amiguetes o capitalismo cleptocrático
El omnipresente lente político predominante para analizar la actualidad sociopolítica es útil y necesario, pero ese prisma es incapaz de dar cuenta del estado general de la correlación de fuerzas al interior del poder económico, de los distintos intereses fracciones del capital y del devenir futuro del “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático”. Se advierte cuando hacemos la descripción empírica de los hechos y el trasfondo de los intereses de las distintas fracciones del capital nos encontramos que el “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” está produciendo transformaciones y creando un nuevo epicentro del poder económico encabezado por la “nueva clase” orteguista. La dictadura Ortega-Murillo ha demostrado ser, sobre todo, un régimen capitalista atrasado, ineficiente y cleptocrático.
El “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” se caracteriza por ser un modelo de desarrollo asumido por la dictadura Ortega-Murillo, cuyas políticas económicas se caracterizan por mantener el crecimiento de los salarios por debajo del costo de la canasta básico, favorecer la economía financiera, fomentar el enriquecimiento ilícito, otorgar concesiones mineras, otorgar mayor importancia a los privado sobre lo público, impulsando una economía reprimarizada, maquiladora, una fuerza de trabajo sobrexplotada orillada al subconsumo, al endeudamiento y al entretenimiento esquizofrénico.
Es decir, lo que llamamos capitalismo de amiguetes o capitalismo cleptocrático es un conjunto de políticas económicas, políticas y sociales que esencialmente son diseñadas y aplicadas por la dictadura para favorecer sus intereses y de sus aliados, en detrimento del interés nacional. Conviene asumir que el “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” es el actual patrón hegemónico de acumulación en Nicaragua.
Cabe destacarse, sin embargo, que la hegemonía de este patrón de acumulación se ha comenzado a erosionarse por las contradicciones que generar al interior de las distintas fracciones del capital (comercial, agropecuario, industrial, etcétera). Es decir, este patrón de acumulación se encuentra en tensión. Por una parte, entre los distintos procesos productivos al extraer el capital financiero/bancario una buena parte de las ganancias a los otros capitales. Por otra parte, por efectos negativos al conjunto de los sectores sociales (clase media, asalariados y población en general) al no tomar en cuenta sus intereses ni permitir una movilidad social.
El poder de compra
A finales de diciembre del 2023 el poder de compra de los trabajadores, es decir la capacidad de compra de bienes y servicios tras excluirles el impacto inflacionario, sigue por debajo del año 2018. El poder de compra se ha visto afectado, principalmente, por dos factores: en primer lugar, por la caída de la productividad laboral; en segundo lugar, por el congelamiento del salario real y tercer lugar los altos niveles de desempleo.
Según una encuesta del Ministerio del Trabajo (MITRAB), dirigida a 653 empresas adscritas al INSS (Instituto Nicaragüense de Seguridad Social) con más de 10 trabajadores, el salario real de estos trabajadores a noviembre de 2023 ascendió a C$ 3,886.9 córdobas. Mientras que en el 2018 era de C$ 4,784.2 córdobas; es decir, trabajadores formales sufrieron una reducción/contracción del 18.8 por ciento de su poder de compra real entre el 2018 y el 2023.
Precio de la Canasta Básica
Al cierre de enero del 2024, el precio de la Canasta Básica Total (CBT) de 53 productos ascendió a C$ 19,855.77 córdobas. En enero del 2023, el precio de la CBT era de C$ 19,023.13 córdobas. Es decir, sufrió un incremento del 4.37 por ciento. Sabiendo que el salario promedio de los trabajadores formales era, en diciembre de 2023, de C$ 15,111.3 córdobas, el 50 por ciento de los asegurados del INSS solamente podían adquirir el 76 por ciento de una Canasta Básica de 53 productos.
Por otro lado, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) de 23 productos, su precio era, en enero del 2024, de C$ 14,173.67 córdobas, equivalente al 93.8 por ciento del salario promedio de los asegurados del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) que en diciembre del 2023 era de C$ 15,111.3 córdobas. Es decir, solamente le queda el 6.2 por ciento para adquirir los otros 30 productos de la Canasta Básica de 53 productos.
El costo de la Canasta Básica Total (53 productos) tenía un costo, en diciembre de 2018, de C$ 13,564.66 córdobas, en diciembre del 2023 alcanzó el monto de C$ 19,800.85 córdobas. Es decir, entre el 2018 y el 2023, el valor de la canasta básica sufrió un incremento del 45.97 por ciento; mientras que el mismo período los salarios reales permanecieron congelados.
Población Económica Activa (PEA)
De acuerdo con el Banco Central de Nicaragua (BCN), al finalizar el 2023, el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) tenía 791.913 afiliados (trabajadores formales), de un total de más de 3.62 millones de personas económicamente activa (PEA). La población activa está compuesta por todos los habitantes en edad laboral. Es decir, solamente el 21.87 por ciento de la PEA tiene un trabajo formal.
Es decir, entre el 2018 y el 2023 se produjo un deterioro del poder de compra de los asalariados formales, de los informales, de los desempleados y de la población en general, como consecuencia del incremento los precios de la canasta básica total y alimentaria, del congelamiento de los salarios y del aumento del desempleo abierto y encubierto.
Remesas
Desde el 2018 a la fecha la represión a las movilizaciones sociales y a cualquier acto de protesta ha sido terrible y sangriento. La dictadura se ha distinguido por las sistemáticas violaciones a los derechos humanos. Entre los centenares de miles de víctimas se encuentran todo tipos de personas (campesinos, religiosos, maestros, periodistas, profesionales, estudiantes, intelectuales, trabajadores, población en general), todos ellos su delito ha sigo no plegarse a la voluntad de la dictadura.
Según datos del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) un total de 440,260 nicaragüenses, equivalente a un 6.5 por ciento de la población total, han solicitado asilo abandonado Nicaragua entre abril 2018 y junio de 2023 por la persecución política, el desempleo y el incremento de la desigualdad social y la pobreza. El investigador del Diálogo Interamericano, Manuel Orozco, calcula que son 680,000 nicaragüenses lo que han salido del país. Según el Anuario Estadístico del Instituto Nacional de Información de Desarrollo de Nicaragua (INIDE) la población total es de 6,803.886 habitantes en el 2023. Según datos de la División de Estadísticas de las Naciones Unidas y proyecciones de Orozco, para el 2023, se calculaba que 1.5 millones de nicaragüense estaban viviendo en el exterior, es decir, el 22 por ciento del total de la población.
El destino de los emigrantes ha sido, principalmente, hacia Estados Unidos, Costa Rica, España y Panamá. En el 2023, de Estados Unidos se recibieron el 82.4 por ciento de las remesas totales, de Costa Rica el 7.1 por ciento, de España el 5.9 por ciento y de Panamá el 1.2 por ciento; es decir, de esos cuatro países llegan el 96.6 por ciento de las remesas totales. El 78 por ciento de las remesas la reciben los beneficiarios a través de los bancos comerciales, más el 21 por ciento vía agencias especializadas y solamente el 1 por ciento como remesas de bolsillos.
Producto de esa fuerte migración, se ha conocido en los últimos años (2018-2023) un incremento de las remesas familiares. Las remesas han acumulado seis años de crecimiento continuo y en el 2023 impusieron récord al alcanzar el monto de US$ 4,660.1 millones de dólares, llegando a representar el 27.1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).
Entre el 2018 al 2020 las remesas alcanzaron la cantidad de US$ 5,035.0 millones de dólares. Mientras que en el período 2021-2023 la suma recibida alcanzó la cifra de US$ 10,001.9 millones de dólares para un total de US$ 15,035.9 millones de dólares. El incremento de las remesas es producto del incremento de la migración del capital humano. Es decir, entre el 2018 y el 2023 las remesas se incrementaron en 3.5 veces.
Por lo tanto, las remesas han servido para contrarrestar los efectos negativos del “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático”. A la concreta, las remesas se han transformado en la política anti-pobreza más efectiva ya que ha evitado que un empobrecido generalizado se haya producido en el país en los últimos años.
De esa forma, las transferencias internacionales de remesas que recibió Nicaragua en el 2023 son superiores al monto de las inversiones nacionales y extranjeras, a las exportaciones agropecuarias (carne, ganado, queso) y agroalimentarias (café, maní, etcétera). Más atrás quedaron otras fuentes importantes de divisas, como el turismo y el oro. Las remesas se consolidaron como la principal fuente de divisas.
Ganancias de los bancos
Mientras tanto, de acuerdo con la Superintendencia de Bancos y otras Instituciones Financieras (SIBOIF), entre el 2018-2023, los ochos bancos que operan en Nicaragua han ido incrementando sus ganancias, desde los US$ 90.02 millones de dólares en el 2019 hasta alcanzar US$ 173.79 de dólares en el 2023.
Es decir, las ganancias de los bancos tuvieron un incremento del 93.05 por ciento entre 2019-2023, lo que nos da una tasa de crecimiento promedio anual del 18.7 por ciento. Mientras tanto, la tasa crecimiento promedio de economía en el mismo período ha sido de 1.75 por ciento, lo que significa que se produjo un proceso de concentración de la riqueza en manos del capital financiero en detrimento del capital comercial y capital productivo, lo que a su vez ha generado un empobrecimiento de la clase media y del 80 por ciento de la población sector que logra medio sobrevivir gracias a las remesas familiares (el mejor programa social).
Las ganancias extraordinarias de los bancos han provocado una disminución en la rentabilidad/tasa de ganancia promedio de los otros sectores del capital (por ejemplo, el comercial y el agropecuario), lo que lleva a una reducción de la inversión productiva, a la quiebra de empresas o el retiro de otras, provocando una reducción del empleo y efecto negativo en la dinámica salarial.
Tampoco las ganancias de los bancos no han influido en la generación/incremento del empleo, ni mejorado los empleos precarios, mal remunerados y de baja capacidad técnica ni productividad del país. Igualmente, las ganancias extraordinarias del capital financiero no han evitado la enorme fuga de capital humano. El deterioro de la desigualdad social sería mayor si las remesas, producto de la fuerte migración de la mano de obra, no hubiese aliviado la capacidad de consumo básico de la población empobrecida.
Conclusiones
El modelo de “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” es un elemento importante que se debe de analizar cuando se trata de entender la realidad económica de Nicaragua, ya que ningún sector económico es una isla por si solo; por el contrario, las fortunas de los principales capitales (comercial, agropecuario, industrial, turístico, financiero), incluido la “nueva clase”, están estrechamente correlacionados y subordinados al actual patrón de acumulación.
La tasa de ganancia extraordinaria de capital financiero sería una de las manifestaciones nefastas del patrón de acumulación del “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” y explicaría el apoyo o pacto silencioso, parcial o total, del capital financiero/bancario a las políticas implementadas por la dictadura Ortega-Murillo. Mientras que el sector predominante del gran capital, el financiero/bancario, siga obteniendo ganancias extraordinarias y el movimiento social de protesta siga desarticulado, la alianza del gran capital con la dictadura se mantendrá.
La actividad económica se anima y guía, no por la búsqueda de las satisfacciones básicas de la población, sino por la búsqueda de ganancias. En el marco del “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” se está produciendo una amplia redistribución del poder en la economía, en la sociedad en general y pone patas arriba algunos pilares en la cultura económica dominante. El “capitalismo de amiguetes” influye profundamente en la formulación de las estrategias de la política económica.
Por eso es que hemos venido sosteniendo que una de las estrategias del régimen ha sido que el “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” siga imponiendo su lógica sobre la vida social y económica en detrimento de la mayoría del 80 por ciento de la población. Dicho de otra manera, busca como asegurar una “relación vertical” en la que se expresa su dominio político y su disciplina social.
Hay que tener claro que una de las fuentes de poder económico y político de la dictadura es el predominio del “capitalismo de amiguetes” o “capitalismo cleptocrático” como patrón de acumulación y concentración de capital en beneficio de la oligarquía financiera/bancaria y la “nueva clase” amamantada por la dictadura Ortega-Murillo en detrimento de los otros capitales, lo cual alimenta las fricciones entre las distintas fracciones del capital. Situación que debemos de darle seguimiento ya que puede ser un elemento que alimente el desarrollo del proceso de implosión del régimen.
Estamos frente a un proyecto de reinstauración dinástica que quiere regresarnos a la época de la dinastía somocista, de mucha corrupción y represión. Estamos viviendo una fase en que elementos del pasado (corrupción, evasión de impuestos, raterías, represión, dictadura) reaparecen y se apropia del presente para subyugar/anular el futuro democrático.
Foto de Alexander Mils en Unsplash