El Mundo del 11 de junio de 2022.

Para nuestros amigos, tenemos buen vino. Para los chacales o los lobos, tenemos escopetas”. Proverbio chino.

Estados Unidos

El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció una nueva iniciativa económica, la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas. Una propuesta alineada con su visión para EEUU, en la que la economía crezca “desde abajo y desde el centro”.La economía del derrame no funciona”, enfatizó. La intención de EEUU es la de proponer una «nueva agenda económica para el hemisferio», basada en «una visión de la región que sea segura, de clase media y democrática», describió un alto funcionario de la Administración.

El Índice de Precios al Consumo (IPC) subió en EEUU un 1% en mayo con respecto a abril (0,3% de incremento) llegando a un 8,6% en tasa anualizada. Los precios de los alquileres, energía y alimentación han seguido propulsando la inflación, que el mes pasado alcanzó tres décimas más que en abril (8,3%). “Hay muchas razones para pensar que la desaceleración está a la vuelta de la esquina”, escribía el analista de Bloomberg Joe Weisenthal, “pero no aún no está aquí, y de hecho en una de las categorías de más alto perfil, todavía no vemos signos claros de mejora”, añadía. Mientras aumenta el temor a la estanflación, el fenómeno definido por una inflación elevada y escaso crecimiento, así como a la recesión.

Algunos datos apuntan a una moderación del consumo. Un informe del Departamento de Comercio de EEUU reveló que las importaciones cayeron en abril por primera vez desde julio de 2021, lo que sugiere que la demanda interna ha disminuido. Importantes cadenas de distribución como Target han reducido los precios de venta para dar salida al exceso de inventario atesorado en los últimos meses. Son sutiles indicios de que la contención parece a punto de imponerse sobre el gasto del consumidor.

EEUU afronta actualmente “niveles inaceptables de inflación”, dijo la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, al Comité de Finanzas del Senado. Durante meses la inflación fue un elefante en la habitación, hasta que los responsables de FED dejaron de considerarla transitoria para verla como un fenómeno persistente. También es un serio problema político, en año de elecciones, las de medio mandato, hasta el punto de que frenar la pérdida de poder adquisitivo de los estadounidenses es hoy la prioridad de la Administración Biden.

Brian Deese, consejero económico del presidente Biden, ha dicho que la Casa Blanca reconoce el riesgo de recesión pero también que hay que dar espacio a la Reserva Federal para atemperar la inflación. Deese, que dirige el Consejo Económico Nacional, ha señalado que “siempre hay riesgos de recesión”, por los desafíos globales y el endurecimiento de la política monetaria del banco central para enfriar la tasa de inflación. Deese recordó que la máxima prioridad del presidente “el control de los precios”, que afectan especialmente a los hogares en su presupuesto de alimentación, energía y rentas.

La combinación de una política fiscal y monetaria expansiva para combatir los efectos de la pandemia con la escasez de suministros y el aumento del coste de la alimentación y la energía como resultado de la guerra de Ucrania es el principal hándicap con que Biden afronta la campaña de las elecciones de medio mandato.

Los estadounidenses son cada vez más pesimistas al respecto, según una encuesta de CBS News. Según este sondeo, el porcentaje de estadounidenses que califican de mala la situación económica aumentó hasta el 69% este mes, en comparación con el 46% en abril de 2021. El índice de aprobación de Biden se ha desplomado hasta el 39%, el más bajo de su mandato, según un sondeo de la agencia Associated Press.

Guerra en Ucrania

Funcionarios de Ucrania han expresado temores de que la “fatiga de la guerra” erosione la disposición de Occidente de ayudar a Ucrania. EEUU y sus aliados han entregado miles de millones de dólares en armamento, Europa ha acogido a millones de personas desplazadas por el conflicto y ha habido consenso internacional para imponer sanciones a Rusia. Ucrania teme que Rusia aproveche la prolongación del conflicto y el posible interés de algunos países de Europa para presionar a Ucrania para que llegue a un acuerdo con Rusia.

Mykhailo Podolyak, principal asesor de Zelensky, comentó a la BBC que las bajas diarias de entre 100 y 200 soldados ucranios. Ucrania se está quedando sin municiones de artillería, reconoció el número dos de la inteligencia militar de Kiev, Vadim Skibitsky, al diario británico The Guardian. Unos 10.000 soldados ucranios han muerto desde el inicio de la invasión rusa, según Oleksiy Arestovich, asesor del presidente Volodímir Zelensky. Rusia espera capturar todo el territorio de la provincia oriental de Lugansk, que junto con la vecina provincia de Donietsk, es el área conocida como el Donbás.

Opiniones de estrategas norteamericanos

George Kennan, artífice de la Guerra Fría, en 1998: “Creo que [la expansión de la OTAN] es el comienzo de una nueva guerra fría. Creo que los rusos reaccionarán gradualmente de forma bastante adversa y esto afectará a sus políticas. Creo que es un trágico error. No había razón ninguna para esto. Nadie estaba amenazando a nadie más. Por supuesto que habrá una mala reacción por parte de Rusia y entonces [quienes amplían la OTAN] dirán que siempre les dijimos que los rusos son así, pero eso es simplemente está mal”.

Henry Kissinger, ex-Secretario de Estado de EEUU, en 2014: “Para que Ucrania sobreviva y prospere, no debe ser el puesto de avanzada de ninguna de las partes contra la otra, sino que debe funcionar como un puente entre ellas. Occidente debe comprender que, para Rusia, Ucrania no puede ser nunca un simple país extranjero. Incluso disidentes tan famosos como Aleksandr Solzhenitsyn y Joseph Brodsky insistieron en que Ucrania era una parte integral de la historia rusa y, de hecho, de Rusia. Ucrania no debe entrar en la OTAN”.

Jack F. Matlock, el último embajador de EEUU en la Unión Soviética, en 1997: “Si la OTAN es el instrumento más importante para unificar el continente, la única manera de hacerlo, es expandiéndola a todos los países europeos. Pero eso no parece ser el objetivo de la administración, y si lo fuera, la mejor manera no es la admisión paulatina de nuevos miembros. La expansión de la OTAN fue el error estratégico más profundo cometido desde el final de la Guerra Fría”.

Noam Chomsky, uno de los intelectuales vivos más importantes, en 2015: “La idea de que Ucrania pueda unirse a una alianza militar occidental sería bastante inaceptable para cualquier líder ruso. Esto se remonta a 1990, cuando la Unión Soviética se derrumbó. Se trataba de saber qué iba a pasar con la OTAN. Gorbachov aceptó que Alemania se unificara y entrara en la OTAN. Fue una concesión muy notable, con la contrapartida de que la OTAN no se extendería ni un centímetro hacia el este. Lo que pasó fue que la OTAN incorporó instantáneamente a Alemania del Este. Luego Clinton amplió la OTAN hasta las fronteras de Rusia. El nuevo gobierno ucraniano votó a favor de ingresar en la OTAN. El presidente Poroshenko no protegía a Ucrania, sino que la amenazaba con una guerra mayor”.

Europa del Este

La guerra de Ucrania ha fortalecido supuestamente a la Unión Europea (UE) en dos sentidos: aumentando la unidad entre sus Estados miembros e impulsando a las capitales a tomarse más en serio las cuestiones de seguridad y defensa. Esta narrativa solo es cierta en parte. No tiene en cuenta una tercera dinámica, quizá tan importante, que es el aumento (al menos temporal) de la influencia de los países de la Europa del Este en la UE.

Estos países, que ya son vistos como parte del problema que impide un acercamiento entre la UE y Rusia, están desempeñando hoy un papel importante en la definición de las prioridades de la UE con respecto a Ucrania.

Si las prioridades de los Estados de la Europa del Este siguen teniendo protagonismo en la UE –lo que no es impensable– se fomentará la regionalización de la política exterior de la UE. Restringir la ambición geopolítica de la UE en gran medida a su propia vecindad podría ser inevitable dados los limitados instrumentos con los que dispone la UE.

Los líderes de nueve países de la Europa del Este coincidieron en reivindicar este viernes en Bucarest la necesidad de reforzar militarmente el flanco oriental de la OTAN y, en concreto, el mar Negro, para hacer frente a la intimidación de Rusia, que califican de real tras la guerra de Ucrania.

Conocido como Los Nueve de Bucarest, el formato B9 es una iniciativa lanzada en 2015 por Rumania y Polonia, de la que forman parte también Hungría, Bulgaria, la República Checa, Eslovaquia, Estonia, Letonia y Lituania, países que se hallaron bajo la órbita de la extinta Unión Soviética y que ahora son miembros de la OTAN, pero que observan con inquietud la agresión rusa en territorio ucranio.

“La región del mar Negro tiene una importancia estratégica para la seguridad euroatlántica, y las futuras medidas de disuasión y defensa deben priorizar las necesidades de seguridad de la zona”, aseveró el presidente de Rumania, Klaus Iohannis.

El presidente de Polonia, Andrzej Duda, que lidera la línea dura frente a Rusia, detalló: “Queremos que los grupos de combate se eleven a nivel de batallón en el flanco este, para que el número de tropas enviadas sea mucho mayor. Eso significa más de 3.000 soldados” en cada destacamento, 2.000 más de los que tiene cada uno en la actualidad.

En una declaración conjunta, los dignatarios de los nueve países de la Europa del Este precisaron que están de acuerdo en aumentar la resiliencia de Ucrania y los socios de la vecindad oriental frente a los desafíos a los que se enfrentan. También se refirieron a la política de puertas abierta de la OTAN, incluido el proceso de adhesión de Finlandia y Suecia, aspiraciones que ven con buenos ojos. Asimismo, expresaron su apoyo firme a la soberanía e integridad territorial de Moldavia y Georgia y reafirmaron su intención de cumplir con los compromisos de elevar el presupuesto de defensa hasta un 2% del PIB.

Es poco probable que la UE pueda ser por sí sola un actor a la altura de EEUU y China ni en muchos asuntos políticos ni en todos los escenarios geográficos. Una UE más ágil e incluso más soberana desde el punto de vista estratégico no equivale necesariamente a un cambio en la polaridad mundial.

América Latina

A pesar de tener el mayor gasto militar del planeta, una cantidad desbordada de bases estratégicas repartidas en el globo y gran influencia financiera, Estados Unidos ya no tiene la fuerza política para imponer su razón al mundo.

Hay una pérdida de influencia en el mundo en general, hay una crisis de hegemonía, o sea, el mundo ya es multipolar y Estados Unidos se resiste a aceptarlo y en América Latina en particular se ve una situación de rebeldía, de independencia.

La IX Cumbre de las Américas y su fracaso, ya evidente, son una prueba fehaciente e incontrovertible de que no pueden seguir aplicando la Doctrina Monroe. O ellos, EEUU, respetan a los países de América Latina, su soberanía, su independencia, o cada día tendrán menos influencia, como se ha visto ahora en la región latinoamericana.

EEUU tiene que contar con China y con Rusia, es algo que no quiere aceptar, se niega, se resiste a aceptar esa realidad, que ya no puede continuar actuando en el mundo y dictando políticas sin hablar con China y con Rusia.

Obama se dio cuenta de que no podía haber una relación fluida con Latinoamérica si no se cambiaba la política hacia Cuba, esa fue una de las cuestiones de pragmática que el equipo de seguridad nacional de Obama consideró para el restablecimiento de relaciones con Cuba.

Inexplicablemente, calificó el cubano, Joe Biden mantiene la política de 253 medidas contra Cuba impulsadas por Trump y que colocan a la isla en una condición de asfixia total, donde además Estados Unidos convirtió la pandemia de coronavirus en un aliado de su política ante La Habana.

En el momento en que estaban saturados los hospitales cubanos con casos de COVID, de la variante delta nada menos, en ese momento ocurre esta situación cuando Estados Unidos se niega, primero, a vender oxígeno a Cuba; segundo donde quiera que se entera que va Cuba a comprar oxígeno ahí va para tratar de impedir que se produzca la venta. Incluso en algunos aspectos Biden ha sido más hostil que el propio Trump en sus políticas contra Cuba.

Por primera vez en cinco siglos está transfiriéndose el centro económico del mundo desde occidente para Eurasia, y eso es un movimiento indetenible, hagan lo que hagan EEUU. Todo indica que EEUU está dispuesto a recurrir a la dominación bélica para tratar de frenar ese proceso.

China

China advirtió que “no dudará en iniciar una guerra” si Taiwán se declara independiente, tras una reunión en Singapur en la que su ministro de Defensa, Wei Fenghe, y el de Estados Unidos, Lloyd Austin, confrontaron sus posturas sobre la isla separada del gobierno de Pekín desde 1949. Wei se reunió por primera vez con Austin en el contexto del llamado Diálogo de Shangri-la, un foro de altos cargos militares, diplomáticos y compañías armamentísticas que tiene lugar en Singapur.

“Si alguien se atreve a separar a Taiwán de China, el ejército chino no dudará en iniciar una guerra, cueste lo que cueste”, manifestó Wei durante el encuentro con su par estadunidense, informó Wu Qian, vocero del ministerio de Defensa chino. Agregó que China “aplastaría cualquier intento de independencia de la isla y defendería con determinación la unificación de la patria”. Wei insistió además en que la isla pertenece a China y que EEUU no debería “usar Taiwán para contener a China”, según el ministerio.

Asia Pacífico

Antony Blinken, desveló las líneas generales de la estrategia de la Administración Biden para China. Argumentando que es China la que plantea el reto más serio a largo plazo para el orden internacional, introdujo un enfoque tripartito de las relaciones con Pekín basado en tres prioridades: «invertir, alinear, competir». EEUU invertirá en sus propias capacidades, alineará sus esfuerzos con aliados y socios, y competirá con China para defender sus intereses.

La respuesta China llegó de inmediato. El ministerio de Asuntos Exteriores de China emitió un comunicado, afirmando que la Estrategia para el Indo-Pacífico de EEUU fue creada “para atar a los países de la región para rodear y contener a China”. A China siempre le ha preocupado que EEUU utilice su presencia y su red de asociaciones y alianzas en el Indo-Pacífico para cercar a China e impedir que vuelva a ocupar el lugar que le corresponde como potencia mundial.

La posible expansión de la OTAN en el Indo-Pacífico –o el establecimiento de un formato similar en la región– para lograr este objetivo ha preocupado durante años a analistas y funcionarios chinos. Después de todo, la alianza transatlántica es vista en Pekín como un formato dominado por EEUU que utiliza para proteger su “hegemonía global”.

El lanzamiento de la Estrategia para el Indo-Pacífico de EEUU y del formato QUAD (EEUU, Japón, India y Australia), AUKUS (Australia, Gran Bretaña y EEUU), el Marco Económico del Indo-Pacífico e incluso las cumbres de la Unión Europea con Japón e India se interpretan en China como claros signos de que los esfuerzos de EEUU por formar una coalición para hacer frente a China.

China ha lanzado una amplia ofensiva diplomática para ampliar su propia influencia global a expensas de la de Occidente, centrándose en particular en los países del Sur Global. Pekín tiene muy claro lo que está en juego: el éxito o el fracaso de las ambiciones de China de volver a ser una potencia mundial en 2049 y de transformar el actual orden internacional dependerá de cómo respondan los países no occidentales a la creciente influencia estratégica de China y a su competencia con EEUU.

El replanteamiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta de la Seda para convertirla en un programa de alta calidad y centrado en estándares elevados, el lanzamiento de las nuevas Iniciativas de Desarrollo Global y de Seguridad Global, los llamamientos para ampliar el formato de los BRICS o el impulso para conseguir influencia en el Pacífico Sur son signos claros de China para construir una red alternativa de países para contrarrestar la emergente coalición occidental para contener a China.

Al erigirse como abanderada de las naciones en desarrollo y de todos los demás países que están de alguna manera insatisfechos con Occidente o con el actual orden mundial, China espera al menos limitar el alineamiento de otros países con EEUU. Y, en el mejor de los casos, espera crear una coalición competidora que permita a China contraatacar y avanzar hacia su objetivo de reformar el orden mundial.

Deja un comentario