“El fracaso es simplemente la oportunidad de comenzar de nuevo, esta vez de forma más inteligente”
Henry Ford
El objetivo de este análisis es aportar un punto de arranque para constatar que estamos en presencia, a partir del 2007, de un período cualitativamente diferentes desde el punto de vista social, político y económico a los años anteriores. Nicaragua ha sufrido una serie de transformaciones, mutaciones que están a la vista y son indispensable reconocerlas para encarar el tipo de lucha táctica y estratégica en contra de la dictadura.
Actualmente, en la crisis sociopolítica de Nicaragua la dictadura Ortega-Murillo moviliza al mismo tiempo medios policiales, militares, paramilitares e instrumentos económicos. Se podría decir, adaptando el aforismo de Clausewitz, que en la situación actual el “capitalismo de amiguetes” es la continuación de la guerra política por otros medios. El objetivo no declarado es hacer los diferentes poderes fácticos se vuelvan dependientes económicamente de la voluntad del dictador, que acepten sus valores y sus reglas, y, que el futuro liderazgo económico sea ejercido por la “nueva clase” nacida al amparo del régimen. Esta estrategia pretende no solamente hacerlos más dependiente, sino también desacoplarlos de la economía norteamericana y de los movimientos sociopolíticos locales. Es decir, no se trata de una estrategia marginal ya que goza, supuestamente, del apoyo de China y Rusia.
La reorganización de la economía nicaragüense en torno a un eje chino/ruso topa con serias dificultades, a mi criterio el proceso de retirada del mercado norteamericano es mucho más limitado al deseado por la dictadura. Por una parte, el 60 por ciento del comercio exterior (exportaciones/importaciones) dependen de la economía norteamericana; por otra parte, la relocalización de las cadenas de abastecimiento suscita interrogantes y se enfrenta con muchos obstáculos que produciría grandes discrepancias al interior de los poderes fácticos financieros y empresariales. Por último, más del 70 por ciento de las remesas provienen de los Estados Unidos. No hay que olvidar que, ante todo, los comportamientos de los grupos económicos están determinadas por los costes de producción y por la tasa de beneficios, por lo tanto, la relocalización conllevaría para los inversionistas el riesgo de invertir por las deslocalizaciones que se puedan generar. La fragilidad de este edificio, construido sobre la idea de un futuro proyecto del canal interoceánico, va a crear fuertes contradicciones con Estados Unidos. Al mismo tiempo, se teme que una relocalización obligada por razones geopolíticas tenga como efecto un aumento del poder de China en la región centroamericana.
En Nicaragua vivimos en una fase singular y compleja. Los elementos esenciales para comprender y caracterizar el “capitalismo de amiguetes” que patrocina/favorece la dictadura Ortega-Murillo son la combinación de: una impronta neoliberal, una dinámica predominantemente financiera, una precarización del empleo, una política destructora del medio ambiente y un alto grado de ineficiencia y corrupción. Están muy enfermos de poder y de ambición por el dinero.
El “capitalismo de amiguetes” es utilizado por el régimen Ortega-Murillo como un medio para complacer/comprar a través de regalías y favores a los miembros de los diferentes círculos de poder (central, municipal, militar, policial, paramilitar, empresarial, bancario, etcétera) con el objetivo que logren un incremento de la riqueza ya sea por el método de la acumulación originaria y/o por medio de la acumulación ampliada gracias al amparo del poder central. Así mismo, sirve para crear las condiciones necesarias para que los propietarios de las grandes empresas, banqueros gocen de los beneficios de exoneraciones, descuentos fiscales, etcétera, que les ofrece el régimen a cambio de su silencio/aprobación de las políticas implementadas.
En la etapa actual del “capitalismo de amiguetes” los éxitos en los negocios dependen de sostener/mantener una estrecha relación entre los miembros del gran capital nacional y extranjero (bancario, comercial, turístico, empresarial, extractivista, etcétera), con la dictadura Ortega-Murillo, dónde se combinan diferentes procesos y sus principales características son:
- Un crecimiento económico que no alcanza a motorizar la economía en su conjunto y está sujeto a una dinámica de ascenso y descenso condicionada por los impulsos de invención, innovación e inversión productiva.
- Estamos en una etapa liderada por el capital financiero. La reciente recuperación de la tasa de ganancia de los bancos se ha producido sin el complemento equivalente en la tasa de crecimiento del país, como lo demuestra el hecho que no se han dado mejoras en el poder adquisitivo, en el ingreso de los consumidores ni en el empleo. Es decir, la recuperación de la tasa de ganancia de los bancos no ha impulsado, en la misma magnitud, el crecimiento global de la economía del país ni en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
- En esta fase se han producido mutaciones/transformaciones cualitativas del capitalismo, a su vez ha generado mutaciones en el funcionamiento de todo el sistema, favoreciendo el surgimiento de la dictadura. Sin embargo, las incorporaciones digitales de los procesos financieros no aseguran la eternidad del “capitalismo de amiguetes”; más bien la revolución digital/tecnológica estaría socavando del sistema dictatorial al volver obsoleto el actual modelo de acumulación dominante.
- El “capitalismo de amiguetes” no está basado en la vigencia/preponderancia de las fuerzas económicas motrices meramente internas, está determinado por desencadenantes externos (préstamos internacionales, remesas, apropiación de la cooperación venezolano, etcétera). El flujo de dólares que mandan los connacionales radicados en el extranjero (Estados Unidos, Costa Rica, España, Canadá, etcétera) está por encima de los generados por el sector agropecuario, la inversión extranjera directa y la derrama económica que dejan los turistas.
- El “capitalismo de amiguetes” no ha creado la confianza requerida para se produzcan inversiones productivas de largo plazo, más bien hay una deserción/fugas empresas extranjeras. Es decir, no hay inversiones nacionales y extranjera que permitan una onda económica ascendente sostenida.
- El régimen Ortega-Murillo ha creado un clima de inestabilidad que obstruye la expansión de la acumulación de capital por el temor de la incertidumbre sociopolítica y el peligro de una convulsión social. Igualmente ha desmantelado a la ley como norma que sujeta, que disciplina, que limita el poder político.
- Las reformas constitucionales de 1995 fue producto de un pacto político. Todos los principios de convivencia social que los que daba lugar dicho pacto han sido, paulatinamente, subvertidos con el beneplácito de los poderes fácticos para anular derechos y prerrogativas de los amplios sectores de la población. Dicho pacto ya no existe, lo que hoy tenemos es una dictadura convertida en sistema dominante que promueve el “capitalismo de amiguetes” y el dominio del dinero con sus secuelas de corrupción, ineficiencia, dilapidación, despilfarro y desperdicio.
- Los escenarios de desconfianza inversora de los empresarios (grandes, medianos y pequeños) proviene de los éxitos relativos conseguidos por la represión de la cúpula en el poder y en el manejo de las tensiones de los dominados. La falta de inversión productiva demuestra la fragilidad del modelo de acumulación a los ojos de los inversionistas para el alto de nivel de corrupción y la falta de seguridad jurídica.
- Hasta hace poca los funcionarios a diferentes niveles tenían licencia para robar o enriquecerse ilícitamente. Sin embargo, el dinero comienza a falta por eso el régimen necesita parar la corrupción. Al querer controlarla incrementan la represión interna y, por ende, la implosión. Es decir, la suspensión parcial de la “licencia de corso” está creando malestar entre los miembros de los anillos de poder acostumbrados a tener acceso a un proceso de enriquecimiento ilícito e ilimitado. Es decir, las corrupciones de los funcionarios se han transformado en una debilidad del régimen.
- Solamente una derrota sociopolítica definitiva de “los de abajo” puede inducir a los poderosos a retomar con entusiasmo los negocios, facilitando de esa forma la posibilidad de un despunte económico prolongado. Sin embargo, dada la intrínseca imprevisibilidad de la acción colectiva de “los de abajo” o del proceso de implosión en marcha, no favorece –en el corto plazo- una inversión productiva a gran escala. Existe un temor en los poderes fácticos que factores hoy considerados imposibles se vuelvan posibles,
- La inversión en carreteras o en un aeropuerto (gracias a los préstamos extranjeros) no es sinónimo de crecimiento económico sostenido. Puede acontecer el primer fenómeno sin que ocurra lo segundo.
- Por otro lado, las migraciones han provocado el debilitamiento estructural del capital humano del país (mano de obra calificada que sale del país sin ser repuesta), lo cual obstruye también el incentivo de los empresarios a invertir a gran escala y a largo plazo que permita el desencadenamiento de un crecimiento económico prologando. Entre el 2018 al 2023 han salido aproximadamente unas 750.000 personas (un 20 por ciento de la población calculada en 6.7 millones de habitantes) y más del 50 por ciento en edad de trabajar.
- El “capitalismo de amiguetes” reúne bajo el mismo paraguas un mercado con una gran diversidad de modalidades productivas desde avanzadas hasta precapitalistas generando una combinación de acumulación ampliada y acumulación originaria (robo, corrupción, enriquecimiento ilícito).
- Existe un entrelazamiento de la innovación digital y/o tecnológicas con formas de capitalismo improductivo ancladas en el despilfarro del excedente económico que se produce por la ineficiencia de la gestión gubernamental.
- El “capitalismo de amiguetes” nos permite entender cómo opera la competencia por el usufructo de las distintas porciones del excedente económico que se genera en el país. En esa disputa por el excedente, la dictadura interviene para reordenar a los ganadores y los perdedores. Precisamente ese es un instrumento que utiliza el régimen para silenciar/someter a los grandes y medianos capitales. Sin embargo, esa táctica no deja de producir/generar contradicciones, ya que las placas tectónicas de la geopolítica se agrietan un poco más, y no menos.
- Los logros/éxitos de algunos empresarios se consiguen a costa de las desventuras/fracasos de los relegados por el régimen. Unos empresarios pueden incluso situarse al comienzo del pelotón de los ganadores para quedar posteriormente demolido en la carrera de los negocios por decisión de la cúpula en el poder, ya sea como consecuencia que un miembro de los anillos del poder entre a “competir/rivalizar” en el sector o sea considerado “no amigo” del régimen utilizando los impuestos como medio de confiscación (por ejemplo, los casos recientes más emblemáticos han sido Pastelería Margarita, Agricorp y Cisa Exportadora).
- Las clases dominantes y dominadas son determinantes del desenlace futuro del “capitalismo de amiguetes” convertido en uno de sus pilares de sostén del régimen, lo que determina que la estrategia de lucha pasa por buscar cómo fracturarlo. Debido a las contradicciones/diferencias entre los líderes opositores, que eran los candidatos presidenciales del 2021, no han podido establecer una estrategia exitosa para derrocar/derrotar a la dictadura.
- Por eso es necesario adoptar la estrategia de la implosión del régimen para debilitarlo/quebrantarlo y/o enflaquecer/fragmentar los pilares de sostenimiento de la dictadura incluyendo el “capitalismo de amiguetes”, para lo cual es imprescindible cambiar la forma de enfrentarla y reconocer que la estrategia y las tácticas implementadas hasta la fecha no han resultado efectivas. Tenemos que cambiar de rumbo, cambiar de estrategia. Adoptar una estrategia y tácticas que permitan que lo aparentemente imposible, la implosión, se vuelva posible.