Guerra de Ucrania
Los combates en el este de Ucrania llegaron a su máxima intensidad, afirmaron las autoridades de esa nación. Rusia gana terreno en Donbás, principal frente de batalla en Ucrania. Ayudados por las Fuerzas Armadas rusas, los independentistas prorrusos han tomado la localidad de Liman, un importante nudo ferroviario en la región de Donetsk, y avanzado en dirección hacia la ciudad de Kramatorsk. En el este el objetivo es rodear las ciudades de Severodonietsk y Lysychansik.
Por otro lado, las fuerzas rusas mantienen rodeados dos tercios de la ciudad de Severodonietsk, localidad clave para que Rusia controle el Donbás, una cuenca minera. “Los combates alcanzaron su intensidad máxima y tenemos ante nosotros un periodo largo y extremadamente difícil”, declaró la viceministra ucrania de Defensa, Ganna Malyar. También fuera de Ucrania se admite la pérdida de terreno. El primer ministro británico, Boris Johnson, ha reconocido que Rusia está logrando avances “palpables” en Donbás, aunque sea de forma “gradual” y “lenta”.
Rusia está experimentando sus mayores avances militares en el este de Ucrania, tras fracasar en su intento de tomar Kiev y Járkov, las dos principales ciudades, y haber logrado controlar Mariúpol. Estas conquistas y la ausencia de resultados en los contactos en las negociaciones de paz alejan la posibilidad de que la guerra tenga un final próximo.
Unión Económica Euroasiática (UEE)
Para Rusia profundizar en la alianza con todos los Estados de la Unión Económica Euroasiática (UEE), que además de Rusia agrupa a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán que se encuentran en Europa del Este y Asia Central, es una «prioridad clave». Putin ha respaldado la prolongación del acuerdo provisional de libre comercio con Irán actualmente en vigor y ha destacado que gracias a dicho acuerdo los intercambios comerciales entre la UEE e Irán aumentaron en 2021 en un 73,5%, hasta los US$ 5.000 millones de dólares y que las exportaciones de la UEE se duplicaron y alcanzaron los US$ 3.400 millones de dólares.
OTAN
El secretario general de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jens Stoltenberg, alertó que “esta guerra podría durar mucho tiempo, y debemos estar preparados (…) Por lo tanto, pido a los aliados que brinden apoyo, y que también estén dispuestos a hacerlo durante mucho tiempo, y que se encarguen de suministros. Porque esta será cada vez más una guerra de desgaste”.
Crisis Alimentaria
El presidente Vladimir Putin le dijo por teléfono al primer ministro de Italia, Mario Draghi, que Rusia está dispuesta a contribuir significativamente a resolver la crisis alimentaria internacional, y está lista para exportar granos y fertilizantes pero sólo si Occidente levanta las sanciones en su contra, aseguró.
El bloqueo de Rusia a los puertos ucranios ha impedido los envíos de cereales, de los que ambos países son grandes exportadores. Rusia acusa a Ucrania de haber minado los puertos. El conflicto nutre una crisis alimentaria mundial al disparar los precios de los granos, los aceites de cocina, los combustibles y los fertilizantes.
Por lo pronto, el Ministerio de Defensa ruso sostuvo que los buques civiles pueden utilizar de forma segura el puerto de Mariúpol, en el mar de Azov, donde sus fuerzas tomaron el control.
China y los Estados Insulares del Pacífico
China no tiene la intención de construir una instalación militar en las Islas Salomón, declaró ayer el canciller chino, Wang Yi, tras una reunión con el titular de Asuntos y Comercio Exteriores de la nación isleña, Jeremiah Manele. “La cooperación entre China y las islas Salomón en el área de la seguridad es abierta y no está dirigida contra terceros, no hay intención de construir una base militar”, manifestó Wang en la capital isleña, Honiara. Wang comenzó en las Islas Salomón una gira que lo llevará a Kiribati, Samoa, Fiyi, Tonga, Vanuatu, Papúa Nueva Guinea y Timor Oriental, que se prolongará hasta el 3 de junio de 2022.
Todas son islas en una posición estratégica clave para dar acceso al Pacífico Sur (o bloquear vitales rutas marítimas). Estos territorios son ahora escena de un intenso duelo por su control entre las grandes potencias: de un lado Australia y EEUU. Del otro, una China que desembarca a todo tren enviando a altos cargos del Gobierno y prometiendo inversiones, acuerdos de seguridad y construcción de infraestructuras. China aspira a fortalecer sus lazos con la región, ofreciendo millones de dólares en asistencia, y la perspectiva de un acuerdo de libre comercio que dé a los productos de estas islas acceso al gigantesco mercado chino.
La relación con las islas se ha convertido en un elemento aún más importante para Pekín en su rivalidad estratégica con Estados Unidos y los aliados de este después de que Washington anunciara en septiembre 2021 la formación de AUKUS, la alianza militar para el Pacífico que integra junto a Australia y el Reino Unido para responder al auge de China. EEUU intenta domar el auge de China con su estrategia para Indo-Pacífico.
El portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, alertó a los pequeños Estados insulares que visitará Wang sobre lo que describió como “sombríos acuerdos” con China y mostró su preocupación de que acuerdos sean negociados en un “proceso apresurado y no transparente”. Trascendió que China firmará un acuerdo con esas naciones a los que ofrecería millones de dólares en asistencia, la perspectiva de un acuerdo de libre comercio y con ello acceso al enorme mercado del gigante asiático.
Ese acuerdo debería aprobarse el 30 de mayo 2022 en Fiyi en una reunión de Wang con varios homólogos regionales, pero ya ha generado alarma en algunos países de la región, entre ellos Australia, Nueva Zelanda y Micronesia. Wang minimizó el recelo de los gobiernos occidentales hacia este acuerdo, el cual, dijo es “irreprochable, honesto e íntegro”, e insistió: “no se impone a nadie ni se dirige a ninguna tercera parte”. No hay ninguna intención de construir una base militar.
EEUU China
El jefe de la diplomacia estadunidense, Antony Blinken, acusó a China de aumentar las tensiones con Taiwán e insistió con que EEUU no cambió su política luego que el presidente Joe Biden señaló que Washington defendería a la isla. Si bien EEUU considera a Rusia la amenaza más aguda e inmediata a la estabilidad internacional, EEUU cree que China significa un peligro mayor, indicó Blinken en un discurso pronunciado en la Universidad George Washington. Desde su llegada a la Casa Blanca, en febrero de 2021, Biden ha subrayado repetidamente que China es la “mayor prueba geopolítica del siglo XXI”. Durante su viaje a Asia, Biden avanzó la idea de un nuevo marco comercial para contrarrestar la creciente influencia de China en la región del Indo-Pacífico.
Desde la Administración de George Bush hijo reorientar la política exterior y de defensa estadounidense hacia Asia ha estado en la brújula de Washington, aunque las distracciones en otros lugares, como Europa u Oriente Próximo, no han hecho fácil concentrarse en esa tarea.
Economía EEUU
La economía de EEUU –la mayor a escala mundial y principal socio comercial de Nicaragua– se contrajo en los primeros tres meses del año a pesar del robusto gasto del consumidor, informó el gobierno. El Departamento de Comercio reportó que el producto interno bruto (PIB) disminuyó 1.5 por ciento anual entre enero y marzo de 2022, una contracción levemente mayor que la prevista.
La contracción del PIB durante el primer trimestre no parece presagiar el inicio de una recesión. Explican que fue causada, en parte, por la brecha comercial: EEUU gastó más en importar de lo que otros países gastaron en comprar productos estadunidenses. También se explica por un lento reabastecimiento de inventarios por parte de tiendas y almacenes.
IX Cumbre de las Américas
La organización de la Cumbre de las Américas se ha convertido en una pesadilla diplomática para EEUU. Lo que debía ser una oportunidad de ganar peso e influencia en la región se ha transformado en un tira y afloja contrarreloj. Mientras, los países marginados (Cuba, Nicaragua y Venezuela) han decidido celebrar una reunión alternativa en La Habana para dejar en evidencia la poca habilidad de Washington en este asunto.
El coordinador de la cumbre, Kevin O’Reilly, compareció ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado. El senador Marco Rubio le preguntó si se había invitado al Gobierno de Maduro, al de Nicaragua y al de Cuba. “Absolutamente no”, “no” y “no que yo sepa”, fue la gradación de las respuestas, respectivamente. O’Reilly se remitía a la Casa Blanca sobre posibles modificaciones de la lista de invitados de última hora.
Hasta el día de hoy, por declaraciones de oficiales, se conoce que si EEUU mantiene su política excluyente, no asistirían el presidente López Obrador, el boliviano Luis Arce ni el guatemalteco Alejandro Giammattei; tampoco los dirigentes de la Comunidad del Caribe (15 naciones); el brasileño Bolsonaro (ahora dice que sí), el nicaragüense Daniel Ortega (autoexcluido), el cubano Miguel Díaz-Canel (autoexcluido); el argentino Alberto Fernández y el chileno Gabriel Boric ponen peros (aunque asistirían), lo mismo que la hondureña Xiomara Castro.
Los diplomáticos norteamericanos están haciendo esfuerzos para evitar que la reunión sea un fracaso. Biden ha accedido a un encuentro bilateral con el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, lo que ha permitido garantizar su presencia en Los Ángeles. Y se especulaba con la posibilidad de invitar a una delegación cubana de segundo nivel para evitar que varios países no asistan.
Más allá de qué países sean finalmente invitados a Los Ángeles y quiénes de un modo u otro apoyen el boicot a la cumbre ―algunos países ya han dicho que no asistirán, y otros que sí lo harán han anunciado que criticarán en el foro a EEUU―, lo cierto es que nunca antes Washington se había visto tan cuestionado diplomáticamente en la región.
La Habana convocó una cumbre extraordinaria de los países de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), se celebra este viernes 27 de mayo, a la que asistirán los presidentes de Venezuela, Nicaragua y Bolivia, Luis Arce, además de los primeros ministros de varias islas del Caribe. Su objetivo es visibilizar la polémica y un frente común ante EEUU en momentos en que la exclusión de los países de la Cumbre de las Américas se ha convertido en un error estratégico para la Administración Biden. No es casualidad que, a días del comienzo de la misma, menos de la mitad de los mandatarios hayan confirmado su presencia.
EEUU está más preocupada por el conflicto en Ucrania y en contentar a su electorado más conservador en miras a las elecciones de medio tiempo de noviembre 2022, que en ser un socio estratégico para resolver las agendas acuciantes que tiene con los países latinoamericanos. A los países de la región, Ucrania les queda muy lejos. Su principal preocupación es el efecto en precios y comercio de los combustibles y alimentos que este conflicto repercute sobre sus economías, ya muy golpeadas por la pandemia.
La participación de EEUU en el comercio exterior de América Latina bajó en un 20% en los últimos 20 años. Hoy, China representa el 20% de las importaciones y un 12% de las exportaciones, siendo ya el principal socio comercial de América de Sur. La Ruta de la Seda es un verdadero atractivo para los países: sólo en 2020 aportó US$ 17.000 millones de dólares en inversión directa y tiene un acumulado de US$ 137.000 millones en préstamos para la región.
Estados Unidos tiene una postura reactiva. Ofrece información, hace sugerencias y hasta amenazas sobre los peligros de la influencia comercial y tecnológica de China en los países, pero no ofrece alternativas atractivas.