En un año la canasta básica total que contiene 53 productos registró un encarecimiento del 11.9% al pasar de C$ 14,526.34 córdobas mensuales en diciembre del 2020 a C$ 16,255.38 córdobas mensuales en diciembre del 2021 (equivalente a US$ 451.00 dólares). Es decir, entre diciembre de 2020 y diciembre del 2021 la canasta básica se incrementó en C$ 1,729.04 córdobas mensuales, lo que mermó el aumento del salario mínimo del 2021. Entre el 2017 al 2021 el costo de la canasta básica total se incrementó en C$ 2,923.42 córdobas mensuales equivalente a una subida del 21.92%.
En diciembre del 2021, el costo de la canasta básica alimentaria de 23 productos fue de C$ 11,096.45 córdobas mensuales, un monto superior en C$ 2,222.41 córdobas mensuales en relación a diciembre de 2017, equivalente a un incremento del 25.04% superior al incremento del costo de la canasta básica total que ese mismo período fue del 21.92%, lo que resulta en una erosión del poder adquisitivo de los ingresos y, por lo tanto, la gente percibe que el costo de la vida está más caro. Es decir, la mayoría de la población vive en un círculo vicioso de penuria y persecución.
Al finalizar 2013, el saldo de la deuda pública total fue de US$ 5,594.2 millones de dólares. La razón del saldo de la deuda pública al producto interno bruto (PIB) fue del 49.7% en diciembre de 2013. La deuda pública total (interna y externa) cerró, en el 2020, en US$ 8,178.9 millones de dólares, un 14.2% más que en el 2019. La razón del saldo de la deuda pública total al PIB fue del 67.92% en diciembre de 2020. Es decir, entre el 2013 al 2020 se incrementó en 18 puntos porcentuales.
En Nicaragua la clase media vive sin margen de error, a un sueldo de distancia de la pobreza y esta realidad se hizo evidente en la recesión entre el 2018 y 2021, lo que incrementó las gigantescas desigualdades del país.
El 1% de la población que controla la sociedad nicaragüense con su riqueza, son los millonarios que viven de las rentas, invierten a largo plazo y son muy difíciles de rastrear.
Ese 1% controla la mayor parte de la riqueza del país. Además de Pellas, Ortega, Ortiz, Zamora o Porras que aparecen en los medios de comunicación buscan ser invisibles. No figuran en las estadísticas públicas. Tienen la capacidad de diversificara sus ingresos, esconder el dinero en los paraísos fiscales y resulta muy difícil de conocer con exactitud los montos de la riqueza acumulada a través de varios métodos.
Un informe del banco Crédit Suisse reveló que en Nicaragua existe 211 multimillonarios y que acumulan una riqueza conocida de más de 3 veces del PIB de Nicaragua, riqueza que se ha incrementado en los últimos años. Lo normal es que habiten en su particular silencio al hablar del origen y del futuro del dinero.
La principal preocupación de los multimillonarios es cómo traspasar su patrimonio a sus hijos; nunca cómo repartir el dinero acumulado a la sociedad. Esta es la realidad, lo demás son palabras que se desvanecen. Algunos miembros de la casta de millonarios es atrincherarse en la invisibilidad de la filantropía.
Los millonarios nicaragüenses buscan estabilidad política, tienen un enorme miedo a la democracia, a la transparencia, a la lucha contra la corrupción. Por eso suelen apoyar a las dictaduras que les aseguran ausencia de huelgas, beneficios extraordinarios e impuestos fiscales bajos.