La dictadura Ortega-Murillo ha montado un aparato judicial organizado a su manera (con jueces vinculados al régimen. Luego, elige al culpable. A continuación, buscan pruebas. Primero señalan al culpable, luego lo condenan, y después, si aparecen, las pruebas, y si no aparecen, lo condenan igual. Lo importante es mandarlo a la cárcel con una condena judicial.
En todos los casos de las condenas de los presos políticos vemos que siempre se sigue la misma fórmula. Es como si se tratara de química: unes varios elementos a la vez y ocurre una reacción. Acusaciones altisonantes de “agentes extranjeros”, testigos poco fiables, ausencia de pruebas contundentes y el elemento indispensable han sido los jueces corruptos. Trasciende que básicamente lo han montado todo.
No solo se trata de policías corruptos, no solo se trata de funcionarios corruptos y mafiosos, no solo se trata de jueces al servicio de una campaña de persecución contra ciudadanos pertenecientes a una formación política y sus dirigentes. Se trata también de medios de comunicación y de “periodistas” que se han prestado a mentir, a manipular y a difamar. Esos “periodistas” han contribuido a la guerra sucia contra los opositores, difundiendo mentiras, informes y noticias falsas.
Las condenas de los presos políticos han sido decididas con anterioridad por los medios de comunicación oficiales y por la propia cúpula de poder y su entorno, testigos que declaran a cambio de favores, ausencia de pruebas y, por supuesto, medios de comunicación oficiales dando bombo a cualquier caso abierto contra de los opositores. Los organismos defensores de los derechos humanos han puesto al descubierto la intensa campaña de difamación política y judicial orquestada desde las cloacas del Estado en contra de los principales líderes opositores.
Cualquier persona con un mínimo no ya de pensamiento crítico, sino de pensamiento racional, podía ver que por más que se había hecho un esfuerzo verdaderamente destacable en crear un caso contra los presos políticos, los casos contra ellos no daban ni para una multa en cualquier circunstancia normal. Sin embargo, varios miembros de los círculos de poder que han sido salpicados de casos de corrupción, ninguno de ellos ha llegado a judicializarse por unas u otras razones.
Sin embargo, hay algo bueno de todo esto. Cada vez más gente sabe la verdad. Cada vez más gente sabe que en este país los poderes mediáticos conspiraron y confabularon junto a jueces, policías y miembros del ejecutivo para exterminar al movimiento social nacido en Abril de 2018.
El terror, a través de la represión judicial, policial y paramilitar, ha sido la principal estrategia de la dictadura Ortega-Murillo para controlar el país y conservar el poder. Muchos personajes de los diferentes círculos de poder se han comportado con una brutalidad difícil de imaginar, muchos han sido sádicos, torturando, asesinando y cometiendo atrocidades en contra de la población. Se dice que la escoria social llega a la cima del poder en períodos en que se conjugan diferentes crisis en una sociedad.