El fenómeno político de las “termitas sociopolíticas” (los ciudadanos) tienen las mismas características en su actuar que los comejenes o termitas cuando actúan en su actividad de carcomer la madera. Los comejenes lo hacen a través de vías que perforan en muros y cimientos. Se alimenta de las sustancias contenidas tanto en la madera, como en sus derivados provocando y acelerando su degradación.
Las “termitas sociopolíticas” (los ciudadanos) están en el interior de las estructuras del sistema político del régimen sin ser descubiertas o detectadas, son los funcionarios o simpatizantes de base que dejan de apoyar silenciosamente al régimen, aunque permanezca laborando en una institución sin expresar su desacuerdo. El proceso de implosión interna se alimenta de la descomposición del propio sistema. Al multiplicarse el número de funcionarios y simpatizantes inconformes adquieren la condición de plaga. De ahí en adelante, a través de una estrategia política, se puede iniciar todo un proceso estructuración y organización de las colonias de comejenes equivalente a los comités de base de los ciudadanos (“termitas sociopolíticas”). Posteriormente, se pueden ir definiendo el papel de cada ciudadano y las funciones que habrá de llevar a cabo, esas “termitas sociopolíticas”, durante el proceso de desgaste y deterioro que conlleva ahuecar la estructura y cimientos de la dictadura.
El proceso de implosión interna o endógena
Para determinar el papel de cada ciudadano y sus funciones en la batalla en contra de la dictadura es necesario establecer adoptar la estrategia de la implosión interna y actuar en esa dirección. Algunos todavía no tienen claro que la implosión interna del orteguismo comenzó desde el 2016 cuando se hizo evidente en las elecciones generales de ese año y en las elecciones municipales del 2017 cuando más del 70 por ciento decidió abstenerse y alcanzó su mayor expresión en el tsunami sociopolítico del 2018. Desde el 2018 a la fecha continúa desarrollándose en el contexto de la recesión económica (2018-2020) y por la desaceleración de la economía (2022-2023.
Dado que las posibilidades de un nuevo tsunami sociopolítico no se visualizan en el corto plazo ni la solución a la crisis no es posible por la vía electoral (ver mi escrito del 18 de octubre de 2022) por esa razón la oposición debe de adoptar y promover la autoorganización de las “termitas sociopolíticas” (los ciudadanos) para que actúen de manera autónoma en pequeños comités en cada estructura del sistema político de la dictadura. No siempre los comités marcharán perfectamente. A veces un comité se organiza y luego no funciona. Otras veces, viene la represión y se desorganiza o se dispersa. Son las contingencias de toda organización, sobre todo de una organización nueva, que va creciendo con los hechos. Sin embargo, es el accionar de las «termitas sociopolíticas» (los ciudadanos) que pueden carcomer las bases estructurales de la dictadura y provocar un “cisne negro”, un hecho imprevisible.
Dadas las condiciones represivas y para no arriesgar a nadie, las “termitas sociopolíticas” (los ciudadanos) tienen que actuar de manera subterránea y silenciosa para agrietar la estructura política que sostiene a la dictadura generando su degradación. El accionar de las “termitas sociopolíticas” de los ciudadanos autoconvocados se alimentan de las contradicciones sociales, políticas, económicas, culturales, etcétera de la sociedad nicaragüense. La estrategia se basa en que estas “termitas sociopolíticas” hagan que las vigas del sistema dictatorial vayan perdiendo resistencia, se agrieten y se fracturen poco a poco, provocando su derrumbamiento y la caída de la dictadura. El proceso de implosión interna requiere una estrategia que canalice los esfuerzos de los ciudadanos autoconvocados y un programa para el día después que sea el norte de la lucha. Sin embargo, los poderes fácticos de las elites empresariales y políticas están dispuestas a acuerdo en el tema electoral.
¿Cuál es probabilidad, cuál es impacto de la implosión interna?
Las probabilidades que las “termitas sociopolíticas” se sigan desarrollándose son altas, dado el nivel de descomposición interna de la dictadura, pero se requiere una estrategia y un programa para el día después que permita unificar a la mayoría de la actual oposición disgregada. Al mismo tiempo, hay que tener conciencia que el actuar de las “termitas sociopolíticas” tienen posibilidades de éxito en el mediano plazo. En el corto plazo, se requiere elaborar el programa, adoptar la estrategia e implementar las tácticas correspondientes.
El actuar de las “termitas sociopolíticas” nos obliga a pensar en cómo mejorar la capacidad de prepararse ante los riesgos de la “implosión interna” que vive la dictadura Ortega-Murillo. Por lo tanto, ante el desarrollo de los acontecimientos, tenemos que medir y analizar las variables determinantes en cualquier mapa sociopolítico de riesgos y análisis.
La estrategia y las tácticas por desarrollar nos permitirán evaluar el impacto, la intensidad y la velocidad que pueda tener el proceso de implosión en la política nacional (leve, moderada, grave o muy grave) y que efectos pueda generar en los poderes fácticos, en la actuación del movimiento social y en los cambios de la correlación de fuerzas que va a generar.
Todos los riesgos de impacto que pueda generar el accionar de las “termitas sociopolíticas” son graves, sea cual sea su probabilidad. Siempre debemos de tener activadas todas nuestras alertas tempranas de reacción, acción y decisión para reducir los errores y aprovechar las oportunidades que nos ofrece el proceso de implosión interna en la lucha en contra de la dictadura.
Hora de cambiar de rumbo
Tenemos que crear un “enjambre de termitas sociopolíticas” que actualmente son ciudadanos aislados, muchos de ellos no han visualizado qué acciones se pueden realizar, son poco conocedores de la historia de la cultura política y sin estrategia para construir un contrapoder. En el “enjambre de ciudadanos” habrá personas despolitizadas, con baja capacidad de argumentación, muchos de ellos sin experiencia política y sin recursos para afrontar la adversidad política. Sin embargo, la presencia de otros ciudadanos, con otras ideas, opiniones y visiones de la batalla política es lo que permitirá crear el “enjambre político de ciudadanos” no doctrinario ni dogmático. Por lo tanto, la tarea estratégica es crear un “enjambre de ciudadanos autoconvocados” con distintas visiones, pero con una estrategia y programa común para el día después que empuje en una misma dirección con el objetivo de implosionar internamente a la dictadura basándonos en el accionar de las “termitas sociopolíticas”.
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