El fenómeno migratorio se ha vuelto incontrolable
Me acaba de escribir un amigo diciéndome lo siguiente: «No sabía que hay una agencia de viajes 2 cuadras al sur de mi casa. Está llena de gente comprando y esperando tickets para viajar a Estados Unidos. La agencia está llena, en las afueras hay gente esperando hasta 3 cuadras. Me sorprendió tal cantidad de personas”.
“La señora que asea mi casa me dice que el lunes había más gente que hoy y que están saliendo unos 80 hombres jóvenes diarios de su barrio. Dice que van solamente dos féminas. Esto está peor de lo que pensé. En las oficinas de Migración se mantiene hasta el tope todos los días”, continúo su comentario.
Al mismo tiempo, en las redes sociales observó que cientos de nicaragüenses siguen abarrotando oficinas de Migración y Extranjería para solicitar pasaporte. Llevan semanas de presentarse a las oficinas migratorias ubicadas en el Multicentro de Las Américas y lograr un número para solicitar pasaporte y abandonar el país. La gente no ve ninguna alternativa que mejore la situación del país. El fenómeno migratorio se ha vuelto incontrolable.
La jugada de Ortega
En el libro de las jugadas políticas de Ortega, ¿el manejo de los flujos migratorio será una de sus movidas actuales? La salida de decenas de miles de jóvenes, por la represión y el desempleo, podría ser otro elemento/factor utilizado para bajar las tensiones de la descomposición social y la tirantez política en un momento difícil para la dictadura y evitar, de esa forma, que se desarrolle, a mayor velocidad, las “termitas sociopolíticas” que corroen por dentro los cimientos del sistema político de la dictadura.
Pese a todos los esfuerzos de la dictadura (escuchas telefónicas con antenas especiales, represión generalizada, espías al interior de los aparatos del Estado, delatores en los barrios, y soplones en las alcaldías, etcétera) son muchos los ciudadanos que ya empiezan a manifestar de manera subterránea su desacuerdo, su animadversión o su desafección con la dictadura, transformándose, involuntaria o voluntariamente, en “termitas sociopolíticas”. En los últimos meses, se ha conocido fisuras parciales de funcionarios del aparato de estado, lo que demuestra que la implosión interna continúa y que el control social ha perdido fuerza.
Las termitas sociopolíticas
La profundización de la crisis sociopolítica nos permite visualizar que hay varias “termitas sociopolíticas” que actúan activamente para corroer los cimientos de la dictadura. Es decir, en el proceso de desarrollo de la crisis actual aparecen diferentes “termitas sociopolíticas” que socavan activamente el sistema dictatorial. La caída de la dictadura no será producto de una erosión o desgaste natural de la dictadura sino por medio del accionar de las “termitas sociopolíticas” que producen su implosión endógena.
Los nicaragüenses continúan desconfiando en el régimen, existen bajos niveles de confianza en las tres ramas: ejecutivo, legislativo y judicial. Mientras más siga la dictadura retrasando el proceso de cambio, más se van a intensificar las tensiones, ya que su capacidad de manejar los problemas nacionales e internacionales se sigue mermando. La debilidad de la dictadura sugiere que la profundización de su fragilidad estará más condicionada a la capacidad de los actores y movimientos social de impulsar las “termitas sociopolíticas”, que puedan desarrollar el proceso de implosión endógena.
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