Guerra en Ucrania
Proyectiles rusos cayeron sobre ciudades (Mykolaiv, Nikopol, Járkov) y pueblos en muchos lugares de Ucrania durante la noche, informaron las autoridades, al tiempo que Moscú señaló que sus fuerzas repelieron una ofensiva de Ucrania en la región de Jersón. Las fuerzas separatistas que controlan buena parte de Donetsk afirmaron que un prisionero murió y cuatro resultaron heridos en un ataque ucranio contra una colonia de presos de guerra en Olenivka.
Las Fuerzas Armadas de Ucrania han ejecutado en los últimos días una exitosa contraofensiva en el noreste del país que, según Kiev, ha permitido la liberación de unos 8.000 kilómetros cuadrados de territorio. El episodio tiene importantes implicaciones militares, pero posiblemente su mayor valor reside en el plano político. El fuerte avance ucranio envía mensajes con muchas consecuencias en distintas direcciones. En conjunto, tiene el potencial para desatar un cambio de marea en la guerra.
Ante los socios occidentales de Ucrania, el éxito demuestra que la estrategia de entrenamiento, asesoramiento y entrega de armas con mayor alcance funciona y debilita los argumentos de quienes, especialmente en la UE, sienten la tentación de intentar apaciguar el conflicto, de aflojar un apoyo a Ucrania que conlleva graves repercusiones económicas.
A escala mundial, el reciente episodio bélico debilita la posición del Kremlin, como ha podido comprobar Putin en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái celebrada esta semana en Uzbekistán, en la cual el presidente chino, Xi Jinping, se mostró más distante con respecto a la declaración de relación “sin límites” entre China y Rusia que suscribió en febrero, mientras que el primer ministro indio, Narendra Modi, directamente le dijo al mandatario ruso que consideraba que esta “no es época de guerras”. El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, le ha pedido este martes en una entrevista que devuelva todos los territorios ocupados en Ucrania.
La expectativa mayoritaria, pues, es que una penetración relámpago ucraniana como la ocurrida en estos días, con una retirada muy desordenada rusa, difícilmente se repetirá en otros sectores. Con esas cautelas, es evidente que la contraofensiva ha alterado la dinámica en la que la guerra se había instalado en los últimos meses, abriendo escenarios prometedores para Ucrania.
Estados Unidos
En entrevista con el programa 60 Minutos, de la cadena CBS, el presidente Biden, expuso que le comentó a su homólogo chino, Xi Jinping, que violar las sanciones sería un “error gigantesco”, pero que hasta ahora no hay indicios de que China haya apoyado activamente el esfuerzo bélico ruso con la venta de armas e insistió en que Washington seguirá comprometida en ayudar a Ucrania “todo el tiempo que sea necesario”. Biden rechazó la idea de que la alianza chino-rusa signifique que EEUU luche en un nuevo tipo de guerra fría, y reiteró que las fuerzas estadounidenses defenderían a Taiwán en caso de una invasión china.
Biden ya había afirmado en mayo que Estados Unidos intervendría militarmente para apoyar a Taiwán en caso de una invasión china. Luego dio marcha atrás y dijo que seguía la política de “ambigüedad estratégica”, un concepto deliberadamente confuso que no define si intervendría o no en la defensa de la isla.
En la entrevista se pronunció por primera vez sobre la retención por parte de su antecesor, Donald Trump, de documentos secretos en su mansión de Mar-a-Lago, calificando su actuación como “totalmente irresponsable”. Biden también dijo que tiene la intención de presentarse a la reelección, pero que está por ver cuál es la decisión definitiva. Y aseguró que tropas estadounidenses defenderían Taiwán de un ataque chino, desmarcándose de la política de ambigüedad estratégica que mantiene Washington como doctrina oficial.
En la entrevista Biden también advierte al presidente de Rusia, Vladímir Putin, que el empleo de armas químicas o nucleares como respuesta a sus derrotas en el campo de batalla en la guerra de Ucrania, tendría “consecuencias”, aunque sin aclarar cuáles.
Los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años subieron el lunes a su nivel más alto desde 2011, mientras los inversores ajustaban posiciones para la probabilidad de que la Fed suba sus tasas de interés más y por un mayor tiempo del esperado, ya que la inflación se mantiene cerca de máximos de varias décadas. Datos de la semana pasada mostraron precios al consumidor más altos de lo pronosticado en agosto, desvaneciendo las esperanzas de que lo peor de las presiones de aumento de precios puede haber quedado en el pasado.
La batalla contra la inflación continúa. La Reserva Federal de EEUU se dispone a subir los tipos de interés por quinta vez consecutiva este año en la reunión de política monetaria que comienza este martes y concluirá el miércoles. Con ello, los dejará en el nivel más alto desde 2008, cuando empezaba la Gran Recesión derivada de la crisis financiera. Desde entonces, los estadounidenses no conocen lo que son tipos de interés oficiales por encima del 2,5%. Ahora van a situarse por encima del 3%.
China
China fustigó ayer las recientes afirmaciones del presidente Joe Biden, según las cuales Estados Unidos defendería Taiwán en caso de intervención china, y las consideró una “grave vulneración” de las promesas diplomáticas de Washington. “Esto envía una mala señal de apoyo a las fuerzas separatistas de Taiwán”, declaró Mao Ning, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores. “Estamos dispuestos a hacer los mayores y sinceros esfuerzos para ir hacia una reunificación pacífica”, subrayó ayer Mao Ning, pero aclaró: “no toleraremos ninguna actividad que busque dividir el país, y nos reservamos la opción de tomar todas las medidas necesarias”.
Azerbaiyán / Armenia
Más de 200 militares armenios murieron la semana pasada en los peores enfrentamientos fronterizos con Azerbaiyán desde la guerra de 2020, según un nuevo balance anunciado ayer por el consejo de seguridad armenio. Del lado azerbaiyano, el balance a la fecha es de 79 militares muertos desde el inicio de los enfrentamientos. Desde 2020 Rusia despliega una fuerza de mantenimiento de paz en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán, que no evitó la escalada militar de la semana pasada. Estos enfrentamientos son los más intensos desde una guerra entre los dos países en 2020 por el control del enclave de Nagorno Karabaj, que dejó más de 6 mil 500 muertos y obligó a Ereván a ceder territorios a Bakú.
Tayikistán / Kirguistán
Al menos 94 personas murieron en enfrentamientos fronterizos entre Tayikistán y Kirguistán, informaron los bandos beligerantes, en la peor escalada de violencia desde hace años entre estas dos antiguas repúblicas soviéticas de Asia Central que han instaurado una frágil tregua. La frontera entre Tayikistán y Kirguistán es escenario de combates regulares. Casi la mitad de los 970 kilómetros de frontera común se disputan desde la desintegración de la URSS, en 1991, en un contexto de tensiones por el acceso a los recursos. El presidente ruso, Vladimir Putin, instó a los vecinos a evitar una nueva escalada de violencia, en llamadas telefónicas con los presidentes de ambas repúblicas entre los que Rusia desempeña un tradicional papel de árbitro.
Comisión Europea / Hungría
La Comisión Europea recomendó que el bloque suspenda unos 7 mil millones de euros en financiamiento a Hungría debido a las preocupaciones por el deterioro democrático y la posible mala gestión de dinero comunitario. La Comisión Europea, que propone las leyes del bloque y se asegura de que se respetan, dijo que actuaba “para asegurar la protección del presupuesto y los intereses financieros de la UE contra violaciones de los principios del estado de derecho en Hungría”.
Cataluña / España
Miles de personas se manifestaron ayer en Barcelona para exigir al gobierno catalán, presidido por una coalición de partidos nacionalistas, que cambie su política lingüística y acate las sentencias judiciales que han dictaminado la impartición de al menos 25 por ciento de las clases en español en el sistema educativo catalán. Se calcula que desde la educación prescolar hasta la universitaria hay una media de una de cada 10 clases en español, frente al resto en catalán. La derecha española apoyó la protesta, convocada por agrupaciones de padres de familia que reclaman para sus hijos una educación bilingüe.
Alemania
El detonante del descenso brusco de actividad en la locomotora europea se produjo en julio, con la primera interrupción del flujo de gas ruso a través del Nord Stream I; seis meses después de que el Gobierno de Berlín hiciera lo propio sin esperar siquiera a su inauguración, con su tubería hermana, el Nord Stream II en la primera de las medidas unilaterales del gabinete de coalición del canciller Olaf Scholz. La esperada contracción del PIB germano y, presumiblemente, la posterior recesión técnica y oficial, de confirmarse un segundo periodo trimestral en el último tramo del año– entre julio y septiembre tendrá efectos colaterales sobre Europa. En un working paper con estatus oficial, el FMI avanzaba ya en julio que una interrupción drástica del flujo de gas ruso restaría más de seis puntos al PIB de Hungría y retrocesos superiores al 5% a Eslovaquia, República Checa e Italia. A Alemania le augura un receso del 2,8%.
Antes de la guerra de Ucrania, importaba, en algo más de la mitad, un 55%, de Rusia. Desde que en febrero se iniciara la contienda bélica, Berlín ha diversificado sus compras. En gran medida, ha elevado sus partidas del exterior de Noruega y Países Bajos y amoldado sus infraestructuras para recibir gas licuado de EEUU y Qatar. A finales de junio, el gas ruso suponía algo menos de la tercera parte de su rúbrica importadora total. El Bundesbank opinaba que: «Las probabilidades de una recesión en Alemania son cada vez más elevadas, al igual que las opciones de que la inflación evolucione por encima de los dobles dígitos este próximo otoño». En opinión de sus analistas, esta espiral de precios con parón del dinamismo «se trasladará a la capacidad adquisitiva de los hogares y a las perspectivas inversoras de las compañías», deteriorando la demanda interna.
Christian Sewing, CEO del “Deutsche Bank” avanzaba en los primeros días de septiembre que la pinza de la inflación y el shock energético estaban siendo los auténticos combustibles que empujaban al PIB germano a la recesión. Su homólogo en “UniCredit”, Andrea Orcel, también dijo apreciar «la sombra de la recesión» y suscribía el diagnóstico de Sewing tras el mensaje de Gazprom de que suspendía indefinidamente las ventas de gas a Alemania hasta que Occidente entierre las sanciones económicas contra Rusia.
Para el economista jefe de “Commerzbank AG”, Joerg Kraemer, para quien, además, se abre un escenario complejo, pese a las ayudas desplegadas por el gobierno de Scholz, que acaba de inyectar otros 65.000 millones de euros a paliar los recibos energéticos de hogares y empresas, con lo que el montante total de sus estímulos se aproxima a los 100.000 millones de euros y que se unen a los 300.000 millones con los que amortiguaron los efectos de la gran pandemia. «Este tercer plan financiero cambiará poco el panorama económico y, desde luego, no podrá sortear la recesión a la que se encamina el PIB este otoño», admitía Kraemer. Al igual que la interpretación de su colega en “ING”, Carsten Brzeski, para quien la reacción de Berlín tendrá un efecto demasiado a corto plazo, sin que sirva de paracaídas que amortigüe la entrada en contracción.
El IMK, el instituto de investigación afiliado a los sindicatos germanos ve en esta ralentización productiva industrial y empresarial uno de los detonantes de la «drástica caída del consumo en los próximos meses». Otra disrupción en las cadenas de valor «precipitará la recesión», incluso antes del otoño, apunta el director del IMK, Sebastián Dullien. Otro centro de investigación de prestigio, el ZEW, desvela que el mayor pesimismo sobre Alemania entre el sector privado y las familias de la historia económica reciente. Las expectativas de inversión de su indicador se sitúan en el nivel más bajo desde 2011 por la incertidumbre a la que se enfrenta el país por la interrupción del gas ruso tras el corte de suministro del Nord Stream I. En 2019, las firmas industriales germanas adquirieron de Rusia el 71% de su demanda energética.
En junio, último mes contabilizado, que cerraba el segundo trimestre, cayeron los pedidos industriales en los centros fabriles alemanes otras cuatro décimas en relación con mayo y se sellaba una caída del 5,6% en términos interanuales que revela el nuevo cuello de botella productivo de las empresas. «Es la señal más contundente de que Alemania no podrá eludir la recesión técnica», explica Andreas Scheuerle analista en el banco de inversión “DekaBank”; entre el último trimestre de este año y el segundo de 2023, aunque sin descartar que inicie su andadura negativa este otoño. Una tesis que también empieza a vislumbrar la “Nuremberg Society for Consumer Research” (GfK),cuyos datos analíticos apuntan a una disminución de las compras de los hogares desde finales de julio, como consecuencia del encarecimiento de la cesta de la compra y de la factura eléctrica. La factura energética de la industria alemana ha superado en un 600% los costes previos al otoño pasado.
Alemania está adquiriendo terminales de gas natural licuado (GNL) como parte de sus esfuerzos por reducir su dependencia del gas ruso. El gobierno espera que una unidad flotante de almacenamiento y regasificación (FSRU) alquilada por el Estado pueda estar operativa como muy pronto a finales de 2023. “Debemos demostrar que, en tiempos como éstos, podemos planificar, autorizar y construir más rápido de lo que suele ser habitual en Alemania”, expresó el ministro de Economía, Robert Habeck, sobre el impulso a la construcción, y añadió que los proyectos de GNL en Wilhelmshaven y Brunsbuettel eran ejemplos de ello. “Existe una posibilidad realista de que los dos buques FSRU puedan alimentar la red de gas alemana a partir de finales de año”, reveló.
Europa
El cierre del Nord Stream I ha encendido las alarmas de recesión en toda Europa, sumida en una notable confusión por las perspectivas de contracción del PIB germano admite “The Economist”. Además, la nacionalización plena de Uniper, la gran distribuidora de gas alemana a la que Berlín no ha podido salvar de la quiebra pese a los desembolsos de más de 12.500 millones de euros desde el inicio de la contienda bélica en Ucrania. O por los 290 euros de coste del Megavatio/Hora para los contratos de entrega en el último trimestre del año frente a los 30 euros que se pagaba por cada unidad de gas antes de la Covid-19. O los 1.200 euros por MW/h de electricidad diaria que va a desembolsar Alemania, lejos de los 60 de 2019.
Los índices de capacidad de compra de la industria en las cuatro mayores economías del euro y en naciones como Polonia, se aproximan o han penetrado ya en territorio negativo; por debajo de 50 puntos el punto que delimita la actividad de la contracción, según el índice de S&P Global de septiembre. En JP Morgan Chase anticipan un receso interanual entre octubre y diciembre en Francia y Alemania del 2,5%, y del 3% para Italia. «Los gobiernos deben reanudar su escudo social para abordar el largo y duro invierno», aseguran en “The Economist”.
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