Los cisnes negros son sucesos casos atípicos, raros, sorpresivos, fuera de las expectativas regulares, pero que tienen un impacto importante en el acontecer político, social o económico dejando secuelas en la sociedad. Es decir, un “cisne negro” es una metáfora que hace referencia a la sucesión de un acontecimiento de gran impacto socioeconómico o político, impredecible o inesperado para la sociedad.
Es decir, son sucesos que han dejado huella en la historia de un país (como los sucesos de Abril 2018). Abril de 2018 ha tenido un impacto tan elevado, que ha cambiado los patrones de la política nacional, ha mostrado la necesidad de superar la cultura política tradicional, cambiando la evolución de los acontecimientos que se desarrollaban entre el 2007 y 2017.
Sin embargo, dado que nadie los pudo prever, por esa razón ese acontecimiento es considerado un “cisne negro”. Pues pese a no haberlos previsto, han dejado secuelas que nos han hecho reflexionar sobre el desarrollo del país, desnudó a la dictadura y mostró la necesidad de poner en primer plano los derechos humanos.
Este hecho, además, ha tenido gran relevancia e impacto para los agentes socioeconómicos, tanto para el gran capital como para toda la población (desempleo, pobreza, fuga de capital, disminución de la tasa de ganancia, contracción económica, etcétera). Una vez pasado el suceso, este se analiza con retrospectiva, tratando de buscar los hechos que llevaron a que ocurriese. Se considera un “cisne negro” a aquellos sucesos que reúnan las siguientes características:
Que el suceso tenga un impacto a gran escala en el país. Es decir, que el suceso tenga un gran impacto en los agentes socioeconómicos.
Que el suceso sea, previamente, altamente improbable. En este sentido, que no existan conciencia sobre que el suceso podía darse.
Tras el suceso, este se racionaliza con retrospectiva. Es decir, como si el hecho pudiese haberse previsto.
Nadie puede anteponerse a un “cisne negro”. Precisamente, un “cisne negro”, para que así sea considerado, debe ser impredecible para los actores sociopolíticos o económicos de la sociedad. Por esta razón, predecir un “cisne negro” es imposible para la sociedad, pues este no sería un “cisne negro”, sino que adoptaría otro nombre.
Y como las consecuencias suelen ser determinantes para el conjunto de la sociedad, es importante asumir que la aparición de un “cisne negro” es posible, por lo que hay que tener un plan para hacerle frente, por ejemplo la caída de la dictadura por el desarrollo no perceptible de un proceso interno de implosión. En resumen, el «cisne negro» representa algo impredecible y muy extraño, pero no imposible.
Es decir, un suceso catalogado como “cisne negro” puede ser la forma final como se puede manifestar el proceso de IMPLOSIÓN que se vive actualmente en el interior de los principales pilares que sostienen a la dictadura Ortega-Murillo.