El precio de los alimentos creció un 7.4% en diez meses (enero-octubre 2021) y ya está en su nivel más alto desde el 2007. Específicamente, en diciembre de 2020, el valor de los productos alimenticios totalizó C$ 9,681.56 córdobas y en octubre de 2021 ascendió a C$ 10,403.65 córdobas.
Las personas con menos recursos son las más perjudicadas. El encarecimiento de los productos más indispensables ya lastima de manera sensible la economía de decenas de miles de hogares nicaragüense, y en particular a los sectores más pobres y a quienes vieron mermados sus ingresos por la pérdida de empleos, el congelamiento de los salarios y la desigualdad.
Los alimentos se han transformado un problema sumamente preocupante para el bolsillo de los consumidores. En los próximos meses seguiremos viendo subidas en la factura que pagamos por la comida. La mayoría de los productos que se consumen registran alzas anuales para el consumidor, por ejemplo: carne de res, huevo, pollo, leche, tortilla, harina de maíz, pan, sólo para mencionar algunos.
El incremento del precio de la canasta alimentaria es regresivo, afecta más a quienes menos tienen. Las capas más pobres de la población tienen las de perder: la comida supone una fracción mayor de sus gastos y, por tanto, su encarecimiento resta un mayor poder de compra para otros productos básicos. Los más acaudalados, mientras, apenas notarán el alza: para ellos la factura del supermercado tiene una importancia residual sobre sus gastos totales.
El sector comercio y servicios no absorberá el efecto del incremento de precios en los productos alimenticios, por lo que al final de cuentas se trasladará a los consumidores.